Foto: J.X.
El abandonado llegó
a un extremo de la calle
cerrada por un muro.
Al otro extremo de la calle,
se desnudaba un cuerpo.
En mitad del muro,
había una puerta tapiada.
El abandonado,
trepando por las ramas de un álamo
se subió al muro,
y se dejó caer, de espaldas,
al otro lado.
El cuerpo, que ya se había desnudado,
nada pudo hacer,
desde el otro extremo,
para evitar la caída.
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