Foto: J. X.
No se desnudaba por amor,
sino para dormir y soñar.
La vida era una costumbre
envuelta en tinieblas.
Cuenta la leyenda
que una noche se desnudó
para no despertar.
Esta vez se cumplió su deseo,
tan esperado.
Fue atendida su plegaria:
no despertar más
la noche que soñara
un paseo con la novia muerta
bajo un cielo estrellado de agosto.
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