domingo, 14 de agosto de 2022

LAS PUERTAS

 Foto: J.X.

Las puertas de la vida y de la muerte no se abren ni se cierran cuando uno lo quiere.

Un malogrado primer amor de juventud le condujo escaleras abajo, hasta el fondo, hasta las puertas de la muerte, junto al mar. Sin embargo, las puertas, que estaban abiertas, se cerraron antes de que él pudiera entrar. El estruendo que hicieron las puertas al cerrarse, le ensordecieron parte de la vida, hasta corromperla con voces  que sólo él escuchaba noche y día, atormentándolo.

Pero debía continuar manejándose con la vida lo mejor posible.

Mucho tiempo después, otro amor, un amor hondo, imperecedero, le condujo también al cabo de los años a las puertas de la muerte. Esta vez las puertas se abrieron y no se cerraron como en la primera ocasión.

La novia muerta, que aguardaba en el umbral, le dio la mano y desaparecieron juntos, más allá del mar, donde ya nada podría volver a matarlos.

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