lunes, 11 de octubre de 2021

LOS TRAPOS MISTERIOSOS DE LA INFANCIA

Foto: J.X.

Le gustaba hablar con la vendedora del kiosco de las flores y le compraba un par de rosas blancas.

Desde la infancia, contaba él, tenía un trapo manchado de sangre y amor incrustado en el alma.

El trapo se había ido deshilachando en el alma y algunos de los hilos, húmedos aún de sangre y amor, se ramificaban hasta dentro del corazón, como si formaran una enredadera cuyo tallo trepaba del suelo de la infancia para entregar mensajes al corazón. Para abrir y descifrar flores secretas del alma al corazón.

Las madres y las que no eran madres utilizaban esos trapos, esos paños, los lavaban y los volvían a utilizar el mes siguiente.

No había más remedio que hacerlo así, respondía ella.

Eran los trapos misteriosos de aquella infancia de posguerra, decía él.

Una larga, interminable posguerra, con la vida racionada en todo y por todas partes. Playas con botellas rotas en la arena, pies heridos por los cristales, trapos y seres amputados tomando el sol y nadando entre manchas de petróleo y aceites y basuras de las cloacas que desembocaban en el mar. Pero era verano, a pesar de todo. En invierno aún era peor, con el frío y las restricciones eléctricas, añadía él.

Eran heridas mortales de aquella guerra fratricida, tiempos en que hubo muchas novias y novios muertos en los campos de guerra y en las ciudades bombardeadas, muriendo también de miseria y enfermedad como tanta otra gente, recordaba la vendedora de flores para las novias muertas.

Él respondía que las flores marchitas que tenía en el balcón de su casa, guardaban el recuerdo de muchas de esas heridas mortales.



4 comentarios:

insurrecta dijo...

Tierno correo de amor de la infancia al corazón, que solo se librará de los hilos de sangre cuando renazcan las flores marchitas de su balcón.

joségarvimoreras dijo...

Todo lo que tu quieras de aquella época, pero yo hecho a faltar mis recortables de soldados y aquellos tebeos que a pesar del "continuará" no han continuado. Todo se ha "esfumato como un ricordi", como decía Cesare Pavese.

en Facebook comparten dijo...

Goya Gutiérrez Lanero

Ariel Fridman

Jorge de los Santos

Efi Cubero

Lluís Nadal dijo...

Del millor que he llegit últimament!
Gràcies per compartir-ho i forta abraçada.