Foto: J.X.
No has escrito todas las palabras, aunque sí que has repetido una y otra vez algunas palabras y frases y variaciones sobre las mismas. ¿Por qué? ¿Una cuestión de estilo? Creo que no. ¿Cuál es el problema, entonces?
Es la mano alargada de la tristeza, que se introduce sin contemplaciones dentro de uno, sacudiéndole el alma y vampirizándole el cuerpo, desangrándalo hasta alcanzar la extenuación de la tristeza.
Frente a este ataque brutal, hay algunas palabras y frases de defensa que, con sus variaciones oportunas, se vuelven necesarias para oponerse a esta agresión desmedida de la tristeza.
Una lucha por otra parte desigual, ya que esa tristeza agresiva, tan violenta, no puede ser vencida sino con la muerte común de uno mismo y de la tristeza, desangrados ambos en el cruel enfrentamiento cuerpo a cuerpo, quedando el alma colgada en el vacío.
Acabando de ese modo la vida y toda aquella tristeza que alargaba la mano dentro de ti, chupándote la sangre y manoseando el alma.
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