sábado, 12 de diciembre de 2020

LA DEUDA SACRIFICIAL

Foto: J.X.

Hoy, esta mañana, esta tarde, esta noche, no hay más que decir.

Todo está dicho.

O todo está por decir.

Lo dicho no es lo que hubieras querido decir.

Instantes de duda, de temor, ante la verdad sacrificial.

Lo pendiente es lo no dicho, lo que queda por decir.

En consecuencia, no todo está dicho.

Espectros de día y espectros de noche te siguen los pasos y te acosan, te buscan por calles y casas para ajustarte las cuentas pendientes, las viejas y las nuevas deudas que tienes con las palabras.

No lo olvides, hoy, esta mañana, esta tarde, esta noche, no olvides que tienes una deuda con las palabras no dichas, y que tarde o temprano te ajustarán las cuentas, te ajustarán las palabras, si no satisfaces a tiempo la deuda pendiente, la deuda sacrificial.

Calla, no hables más. Pronto hará un año. Hoy no habrá brindis secreto, escondido entre los cipreses. 

Fuertes rachas de viento han hecho caer las flores de los vasos funerarios y de los floreros, algunos de los cuales también han caído y se han roto. Por el suelo y entre los cipreses, se extiende una alfombra de hojas, flores y jarros rotos. 

Un saludo, estornudas, hace frío, te disculpas. Entregas las dos rosas blancas, dices cuatro palabras, das un paseo un rato acompañando a los muertos, y luego te vas.

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