Foto: J.X.
¿Hasta
dónde llegarán...?
¿Hasta
dónde alcanzarán...?
¿Acertarán
al disparar?
Es
verdad que tenía demasiados puntos débiles en el cuerpo, y en el
alma todavía más.
Por
mucho que disimulara por las calles, por mucho que se evadiera de los
caminos, tarde o temprano le alcanzarían y darían en el blanco.
Tenía
demasiados puntos débiles.
Arrastra
los pies, su alma va rasando el suelo como si barriera las calles
sucias de la ciudad, y levanta el polvo de atajos y senderos por
donde es inútil huir.
De
ven en cuando, encuentra en el camino ramas y flores que lo empujan
hacia arriba, como si recibiera un golpe de aroma y de viento
favorable.
Sigue...,
sigue... ascendiendo, dando giros y vueltas, bajando y subiendo otra
vez.
Pero
es en vano.
Aciertan,
cae abatido.
Tenía
demasiados puntos débiles.
Llevaba
dentro los restos de la novia muerta, que fue abatida tiempo atrás
por los perseguidores de los puntos débiles.
Quien
rastree las huellas de las calles, senderos y atajos, hallará una
flor marchita, pero viva, en cada huella.
1 comentario:
Un relato sorprendente entre buenos y malos augurios que no sabes si acaba bien o mal, según como se mire...
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