viernes, 14 de agosto de 2020

REINCIDENTE

Foto: J.X.

He reincidido, lo confieso.
He vuelto a bajar a la ciudad.
Cada vez que reincido y bajo a la ciudad, dejo unas flores en el lugar donde moraba la novia muerta, que ahora pasea soñando por el bosque de los espíritus.
De vez en cuando, me encuentro por la calle con algún espíritu del bosque (nos reconocemos enseguida) que ha bajado a rescatar a alguna novia o novio muerto.
Me dicen que sólo bajan para cumplir esa función rescatadora, o de rapto amoroso, para trasladar al mayor número posible de novias y novios muertos al bosque de los espíritus, donde, para quererse, no son necesarias tantas palabras ni decírselo todo.
Me preguntan qué hago todavía por aquí, merodeando como un vagabundo por esas calles de mala vida y de mala muerte. No sé qué responder, y sonrío.
Cuando nos despedimos con un abrazo, sin tocarnos (abrazando el aire impuro de la calle), siento un roce delicado entre los brazos y las manos.


1 comentario:

coleccionista de palabras dijo...

Los mejores abrazos son aquellos que por deseados no se esperan nunca. EL roce suave del abrazo con el espíritu demuestra que podemos alcanzar, quizás en otra dimensión, nuestros deseos.