domingo, 21 de junio de 2020

HISTORIA DE UNA SOLEDAD


Foto: J.X.

Convoca a los espíritu del bosque, junto a un arroyo. Hoy quiere ser él quien les cuente una historia, un cuento de amor.
Asisten a la reunión todos los espíritus del bosque, excepto uno, el espíritu bebedor de cerveza, que ha salido a buscar a una novia muerta cuyas cenizas, tristes aún, han sido depositadas en el mar, entre unas flores. Quiere rescatarla e invitarla a venir al bosque. Raptarla del mar.

Volviendo al cuento, comienza así:

HISTORIA DE UNA SOLEDAD
Dicen que, a partir de un día determinado, el día en que le subió un exceso de tristeza a los ojos, creció solo, estudió solo, se enamoró solo, hizo el amor solo, trabajó solo, viajó solo, regresó solo, envejeció solo, enfermó solo y murió, solo.
Cuentan que lo llevaron directamente del hospital al cementerio, tan solo como había vivido (no quería ningún velatorio ni funeral). Una vez alojado allá, sonreía en la tumba y desde más allá, a solas como siempre.
Pero había algo que nadie sabía. Esta vez, en realidad, no estaba solo en la tumba, como se creía: tenía escondida una flor en la mano derecha, que tuvo la oportunidad de coger de una mesa y ocultarla bajo el camisón antes de que llegaran los servicios funerarios al hospital.
Solo, pero con una flor que no se marchitaba en la mano, y que perfumaría después la residencia de los muertos.
Gracias a una exhalación de ese perfume fue descubierto por un espíritu y rescatado. Una noche lo raptaron y se lo llevaron al bosque de los espíritus.
Allá, en el bosque, volvió a encontrar todo lo que le faltaba, todo lo que añoraba. Allá reencontró toda la belleza que le habían robado en vida. Ya nunca más estuvo solo.

Todos los espíritus aplaudieron al finalizar el cuento, excepto el espíritu bebedor de cerveza, que no había podido asistir a la lectura del cuento, y que ahora, justamente, acababa de llegar al bosque del brazo de la novia muerta, a la que había ido a rescatar para que ya no estuviera sola con las cenizas en el mar.
Ella tampoco ya no estaría más sola ni triste.


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