Cruzando
el puerto de un absurdo a otro, dice la sobrina de la peluquera.
El
Crucero Disneylandia baja el telón del teatro del absurdo, comenta
alguien en el bar del barrio.
También
conocido como Crucero Piolín, Píolindo, de la empresa Moby Dada,
informa la hermana del informático mirando el móvil.
Que
no es la ballena Moby Dick, ni el movimiento artístico Dadá,
comenta el humorista.
¿Cómo
dice?, pregunta la dueña del bar.
Desacatos,
como siempre, ¡son unos irreverentes!, replica la cuñada del
dentista.
Jarabe
de palo es lo que necesitan, advierte la fiscal del barrio, que no es
fiscal, sino vecina que fiscaliza en el bar.
Dentro
de cien años (siendo muy optimistas), todos calvos, pronostica la
vidente.
¿Qué
pasa, qué ocurre?, pregunta un turista de Islandia.
(Fotografías: magnet.xataca.com, lavanguardia.com)
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