Cundo el destino de la vida era comprar: traficar, vender y comprar, hace
2530 años, en un planeta llamado tierra dominado por unos
seres que tenían nombres extraños, como: Valor del Dinero, Deuda Pública,
Prima de Riesgo, Euribor, Rebaja de los Tipos de Interés, Hipotecas,
Inflación, Depreciación, Bancarrota, Quiebra, Rescate y otro
nombres parecidos. Tenían a su servicio presidentes de gobierno,
ministros, parlamentos, militares, financieros, religiosos, medios de
comunicación, etc., que a su vez contaban con grupos de trabajo de
millones de esclavos estimulados a obedecer mediante leyes y
discursos, supeditados a la utopía del consumismo más absoluto y
milagroso, el gran ídolo al que venerar y adorar cada día, les
decían.
Todo el día trabajaban y traficaban para comprar más, se despellejaban unos a otros, insaciables, siempre insatisfechos volvían a comprar. Compraban y gastaban sin parar, desesperadamente, puesto que habían sido educados sólo para trabajar, comprar y gastar. Gastaban mucho, poco o nada, pero siempre gastaban de alguna manera, pagando a crédito o robando, gastándose toda la vida en ello. Era su política, su mística, toda su vida.
En aquel tiempo la gente aún se moría e incluso las muertes, sus muertes, eran también un negocio, el último negocio, el último gasto como despedida, y pagaban a crédito una ceremonia que llamaban pompas fúnebres, la muerte a crédito, como el título de una novela francesa entonces famosa). No tenían tiempo para nada, sólo se movían para comprar y gastar una y otra vez, sin tiempo para levantar cabeza y ver lo que estaba ocurriendo a su alrededor, en ese planeta llamado tierra..., hace 2530 años, antes de que una gran catástrofe nuclear los hiciera desaparecer del universo.
Ignoramos si la catástrofe se produjo de modo accidental o fue causada por el incremento brutal de las guerras que mantenían entre ellos, esos seres insaciables, primitivos, que hoy, 2530 años después, recordamos con más pena que gloria.
Todo el día trabajaban y traficaban para comprar más, se despellejaban unos a otros, insaciables, siempre insatisfechos volvían a comprar. Compraban y gastaban sin parar, desesperadamente, puesto que habían sido educados sólo para trabajar, comprar y gastar. Gastaban mucho, poco o nada, pero siempre gastaban de alguna manera, pagando a crédito o robando, gastándose toda la vida en ello. Era su política, su mística, toda su vida.
En aquel tiempo la gente aún se moría e incluso las muertes, sus muertes, eran también un negocio, el último negocio, el último gasto como despedida, y pagaban a crédito una ceremonia que llamaban pompas fúnebres, la muerte a crédito, como el título de una novela francesa entonces famosa). No tenían tiempo para nada, sólo se movían para comprar y gastar una y otra vez, sin tiempo para levantar cabeza y ver lo que estaba ocurriendo a su alrededor, en ese planeta llamado tierra..., hace 2530 años, antes de que una gran catástrofe nuclear los hiciera desaparecer del universo.
Ignoramos si la catástrofe se produjo de modo accidental o fue causada por el incremento brutal de las guerras que mantenían entre ellos, esos seres insaciables, primitivos, que hoy, 2530 años después, recordamos con más pena que gloria.
3 comentarios:
A Rafael Blanco, Martina Golafre, Thony Sabrina y 5 personas más les gusta esto.
Rafael Blanco: !No, Albert...a mí me llegaron noticias desde el más allà...que fueron unos grupos terroristas fanàticos, que se hicieron con la energía nuclear...y desaparecieron con el resto de los mortales , creían eso de que iban al paraíso...pero...!!es mentira!!, pululan por los infiernos...por creer a unos gilipollas mandatarios religiosos y políticos...!!que pena de planeta..tan verde,,,!y qué pena de fanàticos y mandatarios anormales!!
Hace aproximadamente una hora · Me gusta
A.T: Rafael, tienes más información que yo!
8 de noviembre a la(s) 12:23 · Me gusta
Rafael Blanco: Albert, es que me encontraba en otra dimensiòn..y eran muy cotillas las almas de allì...
8 de noviembre a la(s) 12:28 · Ya no me gusta · 1
Mery Sananes: Pero, con más o menos información, sigue siendo en esencia la misma. Salvo que Albert aún tienes esperanzas de que sobreviva lo que queda de hombre unos 500 años. Si durante ese lapso de tiempo se multiplican las pensiones como la de Ulises, tal vez haya esperanza de cambiar ese sòrdido destino de la humanidad que nosotros mismos nos hemos construido. Hasta ahora eso que damos en llamar hombre ha sido convertido en sun ser absolutamente prescindible para el poder, cualquiera sea su nombre. Mientras, sigamos encendiendo diminutas linternas. Abrazos, Albert.
8 de noviembre a la(s) 16:41 · Ya no me gusta · 1
Rafael Blanco: El tiempo----lo aclararàaaaa.!ya veremos...bueno, o quizà no!
8 de noviembre a la(s) 16:43 · Ya no me gusta · 1
Rafael Blanco: Siempre nos ayudaran los dioses griegos y Romanos, por que los politicos de este planeta...todo lo arreglan, con armas nucleares...etc. quimicA..bacterias que matan....
Hace 21 horas · Ya no me gusta · 1
AmigoAmigos
Isofra Sapin Cantona
1 amigo en común
AmigoAmigos
Josep Jordana Escude
5 amigos en común
AmigoAmigos
Anna Bofill Levi
32 amigos en común
AmigoAmigos
Mary Ona
1 amigo en común
AmigoAmigos
Inma Arrabal Cano
67 amigos en común
AmigoAmigos
Tina Sainz
17 amigos en común
AmigoAmigos
Martina Golafre
130 amigos en común
AmigoAmigos
Jesús Aumatell Molas
26 amigos en común
AmigoAmigos
Claudia Casaroli
14 amigos en común
AmigoAmigos
Thony Sabrina
1 amigo en común
AmigoAmigos
Lurdes Fidalgo
4 amigos en común
AmigoAmigos
Gustavo Adolfo Becerra
241 amigos en común
Claudio Dueñas R
1 amigo en común
Lya Sheinfeld
1 amigo en común
Publicar un comentario