domingo, 19 de agosto de 2012

LA MALDICIÓN DE LA IDENTIDAD


Cuenta Jean Améry, el gran ensayista sobre el holocausto, la tortura y el suicidio, que él se llamaba Hans Mayer y creía que era austríaco, antes de que los nazis se anexionaran Austria y persiguieran a los judíos, tanto a los judíos que tenían conciencia de serlo como a los que no la tenían. Como él, Hans Mayer, que pensaba que era solamente austríaco, pero fue perseguido como judío, encarcelado, torturado y llevado a Auschwitz.
Sobrevivió a los campos de exterminio y escribió grandes ensayos, llamándose ya Jean Améry y siendo plenamente judío y escribiendo ensayos desesperados, lúcidos, pero muy dolorosos, hasta que se suicidó.
Y las víctimas "no se disuelven en humo", como dicen algunos, aunque haya modernas cámaras de gas y hornos crematorios ecológicos.

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