martes, 11 de octubre de 2011
OTRO SATÉLITE RUMBO A LA TIERRA
Estos días son buenos y adecuados para recordar aquellos fabulosos tebeos de ciencia-ficción, aquellas aventuras maravillosas de los platillos volantes surcando el espacio sideral, cuando los terrícolas se defendían de las amenazas y ataques de los extraterrestres, de color verdoso, seres mostruosos que querían invadir la tierra y apropiarse de nuestros dominios y acabar con nuestra raza maldita (según ellos).
O bien, más tolerantes, intentaban regenerarnos, controlar nuestra violencia y educarnos para la paz, como en la película "Ultimátum a la tierra".
Pero todo era en vano. Los extraterrestres volvían decepcionados a su planeta, descreyendo de la raza humana.
O eran perseguidos por las naves espaciales de nuestros valerosos héroes del futuro, y los extraterrestres invasores caían fulminados al atravesar los agujeros negros entre las estrellas, atacados por Flash Gordon, Red Dixon y Diego Valor, los tres a la vanguardia de nuestros pilotos del futuro.
Pues bien, ahora resulta que otro satélite se dirige rumbo a la tierra y amenaza con golpear nuestras cabezas. Dicen que las 2,4 toneladas del satélite ROSAT, telescopio alemán de rayos X que lanzó la NASA al espacio en 1990, caerá a finales de octubre sobre la tierra, por los alrededores de Canadá. Otro satélite más cuyos restos van a parar al mar y a la tierra.
Añaden que esta vez son mayores la probabilidades, de una entre 2000, que algunas de las piezas aterricen sobre nuestras cabezas, a diferencia del satélite anterior, el UARS, cuyas probabilidades de colisión en cabeza humana eran de una a 3000. No deja de ser curioso, por otro lado, que este satélite-telescopio, de rayos X, sea de fabricación alemana y lanzado al espacio por la NASA.
Parece una metáfora, un símbolo de la realidad actual.
El suplente del cronista
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