sábado, 10 de septiembre de 2011
CARTEL EN UNA ESQUINA SOBRE IMPERIOS, NACIONES Y FRONTERAS
Dice un cartel pegado en la Plaza Real, de Barcelona:
"Imperio, imperial , imperialista. Nación, nacional, nacionalista. ¿Cómo conseguir que una nación no se vuelva imperialista y ocupe las tierras de otra nación más pequeña?
¿Quién, teniendo poder, no lo ejerce y abusa del que no lo tiene? ¿Dónde deberían estar los límites del poder?
¿Cuándo, en qué momento comienza el abuso de poder? ¿Se inicia con la sangre derramada?
¿El invasor convierte al invadido en un luchador que, a su vez, ya liberado, se vuelve también invasor de otras tierras?
¿Dónde está el límite, la frontera que no debería franquearse?
Por lo menos, mientras existan fronteras y la sangre y el odio sigan derramándose entre los pueblos".
El suplente del cronista
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
España ha sido imperialista. Catalunya, de momento, no lo ha sido. O no lo ha podido ser, tal vez.
¿Qué pasaría si el presidente de la Generalitat declarase la independencia? O lo mejor no pasaría nada y ya seríamos independientes e incluso amigos de España.
Si Catalunya fuera independiente, tendríamos también el Instituto Cervantes en Barcelona y tendríamos más ayudas los escritores catalanes que escribimos en castellano.
Ahora, con la crisis y las contradicciones europeas, la cosa se ha complicado. ¿Nos adormecerán a base de referéndums que nadie cumplirá...?
El ser humano es pura o impura insatisfacción. No hay límites ni fronteras para la sangre derramada. Al final, aquí no quedará nadie para contarlo, para hacer otro relato idealizado de tanta basura.
No seamos tan pesimistas. Todo es dialéctica, todo fluye y la sangre no corre en vano. Menos violencia y más cultura (sin recortes, que ya sólo nos quedan las migajas)
Publicar un comentario