Espalda blanca, columna vertebral solitaria, ladeándose hacia las cuatro columnas, visión neoclásica, desnuda, proyectándose al cielo y cayendo al suelo como una sombra, junto a la humedad y los residuos anónimos de una papelera, en un día nublado.
El suplente del cronista
1 comentario:
Las cuatro columnas son un trasto más que se añade al paisaje de monumentalidad que empieza en la destartalada plaza de España y acaba en el palacio de cartón-piedra de arriba del todo. Cuando, además encienden los focos, se produce una escenografía de fanfarria y ostentación que se añade a la megalomanía más adocenada que configura el panorama. Y no digo nada de la contaminación lumínica, de la construcción "provisional" del pabellón metálico que hay a la izquierda de la fuente (izquierda mirando hacia Montjuïc), tampoco digo nada del platillo volante de las Arenas, ni del cuartel desordenado de los mossos d'esquadra o del minimalismo fátuo del hotel Plaza.
Después de todo, prefiero la espalda blanca neoclásica y la utilitaria papelera (por cierto, diseño de Bohigas)
Salud
Francesc Cornadó
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