Parodiando el título del libro de Francisco Candel, Hay una juventud que aguarda, podríamos decir que Siempre hay un tribunal que te aguarda, como le viene sucediendo a Kafka y a su obra, ahora ante el Tribunal de Tel Aviv para Asuntos de Familia, donde se dictaminará a quién pertenece su legado literario de manuscritos: si a las dos herederas de Max Brod, el amigo y albacea de Kafka, o bien a la Biblioteca Nacional de Israel, o al Archivo Literario Alemán de Marbach, que también los reclama.
Curiosamente, ningún Kafka reclama nada de Kafka: los exterminaron antes en los campos de concentración, aplicando otro código penal. ¿Cuál será el veredicto, quién será condenado esta vez a pagar las "costas procesales"?
El suplente del cronista
1 comentario:
Nada más kafkiano que la "vida póstuma" de Franz Kafka. Supongo que estas cosas de la herencia literaria le harían partirse de risa: Ruth y Java Hoffe, las dos presuntas herederas de los manuscritos de Kafka, son hijas de Esther Hoffe, la exsecretaria y amante de Max Brod, el amigo de Kafka.
Y, por otro lado, no hay ningun miembro de la familia Kafka que se pueda presentar en el proceso para intentar poner un poco de orden y sensatez kafkiana. Ya digo, nada más kafkiano.
Una kafkiana
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