Fotografía: M.S., Atracciones Apolo reflejando la calle
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La escultura de Raquel Meller,casi abandonada en la calle con sus violetas de bronce, malvive en la encrucijada del Paralelo y la calle Nueva. Fue aquí, entre los cines "Arnau", "Español" y "Hora", y las "Atracciones Apolo" y las "Atracciones de la Barcaza", donde muchos níños jugaron y fueron felices. Y algunos de ellos se volvieron más solitarios al subir a los "autos de choque", lejos de los padres.
Y aprendieron algo de la vida dura al descubrir a los pederastas que merodeaban por el barrio, haciendo la ruta oscura de la Rambla al Paralelo.
A la caza de niños encantados con el tiro al blanco y sus premios de licor y aceituna o peladillas, los futbolines, las primitivas máquinas de juego donde bailaban las monedas, el algodón rosado de azúcar, las manzanas rojas acarameladas, las barcas atravesando el lago misterioso, controlado por las brujas, y otra vez los "autos de choque".
Porque en el Barrio Chino y en el Barrio Gótico también había niños encantados que entraban en los bares con futbolines y billares, se creían novios de las camareras, y veían cómo bajaban de las habitaciones, tambaleándose, los marinos extranjeros, los pijos de otros barrios y los que habían venido a Barcelona en busca de otra tierra, de otro puerto.
"El Jabato", uno de aquellos niños del barrio
2 comentarios:
Es verdad. En el cine "Latino", situado en las Ramblas, y en las "Atracciones Apolo", del Paralelo, abundaban los pederastas a la caza de esos niños solitarios que iban a divertirse sin la compañía de los padres o de algún amigo. De pronto, cuando más alegre estabas con una de aquellas películas o atracciones de feria, aparecían "los enamorados de los niños", y ya no te dejaban seguir con la diversión y huías hacia tu calle. Sólo más tarde, con los años, irías aprendiendo a defenderte de los acosos, de las violaciones de tu intimidad.
Uno que también iba a las "Atracciones"
Les mando esta nota para decirles que en los tranvías y autobuses de aquel tiempo, siempre había alguien que te acosaba.
En los cines y atracciones de feria, también.
Era muy desagradable, era una violencia que te manosearan de esa forma, como si fueras un simple trozo de carne expuesto en el mercado. Y más si eras una niña de aquel tiempo de represión y no podías defenderte.
Una que también sufrió a esa clase de adultos
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