Son las 22.30 h.
Los helicópteros de la policía de la Generalitat sobrevuelan por el barrio gótico de Barcelona.
Por la calle, jóvenes estudiantes, universitarios, perseguidos, controlados, reprimidos a golpes de porra.
Mientras tanto, ¿los adultos responsables están de fiesta, cenando, o bien se disponen a dormir para recuperar fuerzas y continuar apoyando a ese Orden, a los que viven del Orden sobre los demás, o algo parecido?
¿Aquellos padres de Mayo del 68, rebeldes, persiguiendo a los hijos del 2009? Podría ser.
¿Uno de aquellos enigmas que formulaba Lewis Carroll sobre la lógica del absurdo?
Porque hablar de Freud, en esta noche de sirenas y golpes de porra, quizá sería una frivolidad. De los bolsillos, caen medallas y sueños de otro tiempo.
El presente es incómodo, los rebeldes de antaño no sueñan, tienen pesadillas ordenadas.
Los vecinos del barrio han salido a los balcones, asustados por el ruido, por el espectáculo de las sirenas y las luces de las furgonetas de la policía antidisturbios de la Generalitat.
En otros barrios, con las paredes más acolchadas, ni se enteran, como siempre.
Nunca pasa nada (esto me recuerda algo).
El cronista del barrio
4 comentarios:
Sí, señor. No se puede ser más claro ni más preciso.
aunque mi encuentro fue en otro barrio, también me ha hecho comentarlo...
La brutalidad policial nunca está justificada sobre todo en la calle llena de viandantes que no saben qué pasa.
tampoco está justificada la violencia de los estudiantes.
No sé.¿Os haéis fijado en el grado de violencia, gratuita las más de las veces, que llena nustra vida cotidiana?Eso me preocupa y mucho
¿Los rebeldes de ayer somos los conformistas de hoy?
Nos quejábamos de que los jóvenes dormitaban, a diferencia de nosotros, los guerrilleros de mayo del 68 y otras batallas que siempre contábamos.
Y ahora que se rebelan contra un tipo de orden y son reprimidos policialmente, decimos que son unos jóvenes incordiantes, caprichosos, que no saben lo que quieren. ¿En qué quedamos?
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