jueves, 29 de abril de 2021

NO SABEMOS NADA MÁS

Foto: J.X. 

“Agárrate a las palabras”, se decía. “Agárrate a ellas, que soportarán el peso.”

Pero llegó un día en que las palabras ya no podían sostenerlo.

Demasiado peso. No es que llevara muchas cosas encima. Pero el peso de esas pocas cosas le destruye. Cada uno tiene su resistencia, un límite más allá del cual no puede seguir avanzando.

Era el peso de pocas cosas, consideradas una por una, pero el conjunto de todas ellas lo hundía cada vez más

“No puedo con el peso de tantas pocas cosas que me destruyen”, se dijo finalmente, y desapareció por una calle que desembocaba en el mar.

No sabemos nada más.

UNA HISTORIA DE DOCUMENTOS OFICIALES

 Foto: J.X.

Para vivir en este mundo era un aguafiestas, la encarnación viva, absoluta, de la preocupación, de la desesperación, decían los vecinos y otros muchos.

Un ejemplo: como ahora vivía solo, le preocupaba quién pagaría los gastos funerarios del traslado de su cuerpo desde casa o desde el Hospital al Tanatorio (sin ningún tipo de ceremonia, ni religiosa ni civil). Más tarde, la marcha inevitablemente protocolaria al Cementerio (donde, por otra parte, hacía ya tiempo que había contratado un nicho de propiedad para la estancia de la novia muerta, y donde él también reposaría y sería olvidado por el viejo y ruidoso mundo, que decía de él que era un aguafiestas).

Sin embargo, rezaba. Rezaba para que las cosas no le preocuparan ni le pesaran tanto. Rezaba mucho, pero no tenía fe, no creía en nada (él solía decir: "No pidas nunca ayuda a nadie, no pidas cobijo ni esperes que alguien te acoja en caso de necesidad, nadie te acogerá, se anticiparán y te darán mil excusas cuando teman que vas a pedir ayuda, aunque seguramente no la habrías pedido -no podemos, la casa es pequeña, no hay espacio, no tenemos habitaciones...- y te cerrarán la puerta con amabilidad, sintiéndolo mucho, ¿acaso tú no dirías lo mismo si alguien te pidiera refugio?, acepta tu soledad, que estás solo en el mundo, que, rodeados de gente, estamos solos en este maldito mundo"). 

Entonces, ¿por qué rezaba si no tenía esperanza? ¿Era un rezar porque sí, un rezar en vano? ¿Tal vez para alcanzar un día un poco de paz de espíritu, aun sin creencias, sin sentir fe alguna en nada ni en nadie? Nunca lo sabremos. 

Pero lo cierto es que él continuaba rezando. Rezaba al vacío para que las cosas, incluso las más pequeñas, se conmovieran y se apiadaran de su débil espalda y no le pesaran tanto.

martes, 27 de abril de 2021

UN DILEMA

 Foto: J.X.

Se pone a mi lado y me susurra, con un vaso de cerveza entre las manos, como si rezara:

“Si la cara es el espejo del alma, como dice la gente, ¿qué hacer, sino ocultarse, cuando esa cara es el espejo resquebrajado, el espejo roto del alma? Si quieres sobrevivir en sociedad, habría que utilizar alguna estratagema para disimular la herida interna y poner lo que se dice buena cara al mal tiempo. Pero es algo muy difícil cuando el rostro queda tan marcado, como rajado a cuchillazos, por los cristales que se desprenden del espejo roto del alma. En estos casos, lo mejor sería ocultar el rostro, la mala cara, bajo tierra, lo antes posible. Así no habría que soportar que la viera nadie y te preguntara qué te pasa. De todos modos, esto último, levantar la mano contra uno mismo y ocultarse bajo tierra, no está al alcance de todas las manos”.

No sé qué decir, meneo la cabeza y le pongo la mano en el hombro, mientras él sigue con el vaso de cerveza entre las manos, como si rezara.

Él, al observar mis ojos y ver mi silencio triste, me cuenta, quizá para animarme, que en el balcón de su casa tiene muchas flores y, en especial, unas de amarillas. Son unas flores cuya planta arraiga en el corazón de un pajarillo muerto, amarillo, sepultado en una de las macetas. Un “motón de amarillo”, como llamaba su novia muerta al pajarillo: ambos, dice, el pajarillo y la novia, renacen de la tierra húmeda en cada nueva flor amarilla.

Las flores de esta maceta, que antes eran de colores variados en primavera, florecen, desde entonces, todo el año y todas amarillas.


sábado, 24 de abril de 2021

COMO DOS FURTIVOS

 Foto: J.X.

Estamos los dos solos en el bar. Me confiesa que hace días que no va a visitarla. No es por falta de ganas, ni mucho menos, dice, sino que necesita recuperar algo de fuerza física y espiritual para ir a verla y brindar con ella, a escondidas, como novios furtivos entre los cipreses; o como unos viejos amantes recordando aquellos días de noviazgo (también ellos, los viejos amantes, celebraron sus fiestas de juventud y tuvieron sus malentendidos, esos momentos críticos, trágicos, con separaciones dolorosas y reencuentros fríos, al principio, y con reconciliación sentimental al cabo de los días, si hay suerte, advierte).

Se refiere, como siempre que coincidimos un momento en el bar y hablamos, a la novia muerta.

Le escucho en silencio, asombrado y conmovido a la vez por la fuerza de los amores póstumos y los brindis aplazados, a la sombra de los cipreses.

viernes, 23 de abril de 2021

OTRA VUELTA DE TUERCA

 Foto: J.X.

Vueltas y más vueltas alrededor de la ausencia, que provoca, desde la distancia devoradora de sus cuervos, otra clase de vueltas.

Vueltas de tuerca de la desolación en el cuerpo y el alma. La tuerca aprieta y aprieta el tornillo puntiagudo, que ya traspasa la piel, horada la carne, perfora el hueso, y se atornilla más y más, hasta tocar una parte del alma, a la que también agujerea. Ignoramos cuál de los dos, si el cuerpo o el alma, está más atornillado, más acabado, mordiendo el polvo de los callejones solitarios, cada día, laborables y fiestas.

Hasta el estrangulamiento liberador de la última vuelta.

jueves, 22 de abril de 2021

UN SANT JORDI DE OTRO ABRIL

Foto: J.X. 

El detective cantante del barrio, después de buscar y descubrir los libros de poesía que no figuran en los escaparates de las librerías el día de sant Jordi, y habiendo constatado que la poesía se sigue vendiendo muy poco (dejando aparte el misterio de aquellos editores y poetas que proclaman vender mucho, pero que liquidan en el más allá, post-mortem), aprovecha la ocasión, dice, para regalar enigmas poéticos este día de sant Jordi, que es también, no lo olvidemos, el día del libro y la rosa en Catalunya.

Así pues, el cantante detective propone el enigma de un verso de la poeta María José de los Santos: Mil veces mil rosas.

Y como el detective cantante vive en una confusión aritmética (entre otras confusiones, dice), pide ayuda para resolver el enigma sobre la cantidad de flores que hay en Mil veces mil rosas.


ENIGMA: Mil veces mil rosas. Al no poner una coma después de "Mil veces", ¿significa el verso que "cada vez es una rosa" y que, en consecuencia, mil veces equivale a 1.000 rosas?

O bien, "mil veces mil rosas", al no haber una coma que se interponga entre mil veces y mil rosas, ¿lo que nos está diciendo el verso es que en este caso las rosas se multiplican y que, por lo tanto, debemos multiplicar 1.000 rosas por 1.000 veces, y que el producto o cantidad resultante será entonces de 1.000.000 de rosas?


Foto: Judith Xifré (Un día de Sant Jordi, en el puesto de libros en la Rambla, junto al Liceo de Barcelona (de la desaparecida Librería Arrels, de Aurelia Pérez), con Manuel Vázquez Montalbán y un servidor hablando sobre familias y cosas del barrio). 



miércoles, 21 de abril de 2021

UNAS MANOS MUY LARGAS

 Foto: J.X.

Unas manos muy largas, monstruosas, de cien dedos, que le atenazan, que se le enroscan al cuerpo con sus múltiples anillos y le hacen morder el polvo de los rincones.

Es la extensión monstruosa de la tristeza que pone barrotes invisibles en ventanas y balcones de su casa.

Barrotes de ausencia que transforman la casa en jaula o celda donde abundan las manos de cien dedos de la tristeza, que lo agarran, lo arrojan contra el polvo y no le dejan levantar cabeza, fuera de los rincones.

¿Levantar cabeza?, ¿para ver qué?”, pregunta una voz irónica de ultratumba.

La cruda realidad es que, entre las manos largas de cien dedos de la tristeza y los barrotes invisibles de la ausencia, vive como si, resignado, sólo estuviera pendiente de una llamada telefónica que ha de confirmarle el delito de su vida y la anunciada pena de muerte.

martes, 20 de abril de 2021

DEUDA DE SANGRE

Foto: J.X.

Se postraba, sin fe. Se ponía de rodillas en un banco de cualquier iglesia, y se arrepentía de toda su vida, de lo que había hecho y no había hecho. Se arrodillaba, pero sin fe.

Hasta que una noche vio un corazón clavado en la pared de un callejón solitario. Encogido, reseco, ya no sangraba. El corazón parecía llamarle. Se acercó a él y oyó estas palabras: “Por desamor me ves aquí, colgado, clavado en la pared. Y tú me debes, no sé si lo recuerdas, una cantidad de sangre amorosa que me hiciste perder en un juego sucio, con trampas y hechizos de brujería.”

Desesperado, al regresar a casa se encerró en el lavabo y se cortó las venas. La sangre se derramó por el pasillo, fluyó por debajo de la puerta de casa y fue cayendo por la escalera, peldaño a peldaño. Unas gotas se derramaron hasta la calle fluyendo en busca del callejón solitario, donde había aquel corazón clavado en la pared.

Un vecino, mientras tanto, llamó a un ambulancia y consiguieron salvar milagrosamente al presunto suicida.

Pasado un mes, él volvió a entrar en el callejón solitario, en busca del corazón, pero ya no estaba ahí, clavado en la pared. En su lugar había cinco palabras escritas: “Gracias por la sangre derramada.”

Ahora, cuando se arrodilla en las iglesias -sin fe aún-, siente, sin embargo, un estremecimiento inefable entre las costillas, como si el alma no estuviera ya tan arrugada y vacía. 

domingo, 18 de abril de 2021

JUGARSE EL PELLEJO

Foto: J.X.



Si uno vive solo le es más fácil ser piel y hueso y despellejarse.

Despellejarse hasta el alma.

Porque no hay nadie en casa que te espere y te mire a la cara y te advierta que te estás despellejando, que te estás jugando el pellejo.

Solo, puedes seguir con tu tarea, desollándote día a día. 

Después, pasado un tiempo, te aventurarás a recorrer un bosque de huesos, el cuerpo transparente, el tuyo, y llegarás por fin a contemplar el vacío del alma, ya desollada, despellejada dentro de ti.

El vacío del alma, sin el pellejo, un vacío, sin embargo, que pesa hasta la extenuación.

sábado, 17 de abril de 2021

UN OJO

Foto: J.X.

La vida le ha puesto uno ojo más triste que el otro.

Todo está escrito en el ojo más triste.

Sueños, fracasos, extravíos, culpabilidades, humillaciones, engaños, vergüenzas, arrepentimientos, nuevas adversidades y caídas y extravíos al caminar por el laberinto del tiempo, silencios, ausencias mortales, desolación, todo, todo está escrito, pero velado, en su ojo más triste.


viernes, 16 de abril de 2021

TROPEZAR EN UNA ESCALERA INFINITA

 Foto: J.X.

Resignado al absurdo del día a día y al desastre final de todo, andaba por la vida como sonámbulo, entregado, sin defensas ya, tropezando en todos los agujeros y baches de las calles, en todos los charcos y socavones que entorpecían el camino. 

De tal modo, que se hundía cada vez más en ese monstruo de oquedades que era para él la vida cotidiana. Cada vez más abajo, como si hubiera tropezado bajando una escalera infinita, sin llegar nunca al último peldaño, al desastre final.

miércoles, 14 de abril de 2021

MALHERIDOS EN UN ÁNGULO DEL ALMA

Foto: J.X. 

Encontrar la voz y decir lo no dicho. Iluminar lo oculto, todo aquello que un día no fue justamente revelado.

Y desangrarse en cada sonido, en cada sílaba, hasta que el cuerpo y el alma, resecos por el silencio que se desangra, malheridos por lo escondido en un ángulo del alma, renazcan de la misma sangre derramada en la voz, en las palabras.

Encontrar la voz y decirlo.

lunes, 12 de abril de 2021

¿QUIÉN HAY MÁS?

Foto: J.X.

Vayas adonde vayas, ¿quién hay ahí?

Agáchate y anda, o incorpórate, levántate y anda, ¿quién más hay ahí?

Novias alquiladas por las esquinas de la ciudad, ¿esperando a alguien que no las maltrate o asesine? Novias muertas por las esquinas de la ciudad, ¿aguardando un novio que no las humille más después de muertas? 

Ramos de flores marchitas, declaraciones póstumas de amor colgadas de las paredes de las calles, cerca del cementerio.

Trozos de frío nocturno en el alma, cortando como el filo de un cuchillo en las venas. El silencio ocupa balcones y ventanas de las casas. Estrategias de vida y muerte serpenteando de una calle a otra.

Adondequiera que vayas, ¿quién más anda ahí, por las esquinas, que no esté muerto por desamor?

¿No hay ningún lugar para los cuerpos que aún sobreviven con las almas muertas?


sábado, 10 de abril de 2021

EL REFUGIO

Foto: J.X.

Es recomendable refugiarse en una iglesia, decía.

Cuando te encuentras perdido o extraviado y nadie puede indicarte el camino..., cuando tampoco hay nadie dispuesto a perdonarte las posibles culpas o absolverte de lo que sea, entonces, es recomendable buscar el refugio, el silencio de una iglesia. Aunque no creas en Dios, pero lejos del mundanal delirio -le gustaba substituir la palabra “ruido” (el popular “lejos del mundanal ruido”) por “delirio”.

En el cobijo, en el silencio de una iglesia cualquiera, te será dado recuperarte de las graves heridas del alma.

Tales eran a veces sus consejos y recomendaciones, tan fuera de lo común, que siempre me dejaban asombrado. Pero la verdad es que luego, en caso de algún problema íntimo, yo mismo buscaba el refugio solitario de una iglesia, como él recomendaba. Y lo hacía en el mayor de los secretos, sin revelárselo a nadie, ni siquiera a él.


jueves, 8 de abril de 2021

EL TRÁNSITO

Foto: J.X.

Un día me contó una anécdota de su vida cotidiana: “Deambulando siempre a un palmo de la vida, a un palmo de la muerte, pero aún voy al mercado del barrio a comprar acelgas a las payesas, acelgas, muy buenas para el tránsito intestinal”.

Me quedé asombrado, atónito, con su referencia a las acelgas y al tránsito intestinal. No sabía qué pensar. ¿Era una parodia del tránsito de la vida a la muerte, ya que tenía las dos, vida y muerte, a un palmo de distancia, según él mismo contaba? ¿O realmente iba al mercado y compraba acelgas a las payesas para favorecer el tránsito intestinal? ¿O ambas cosas a la vez: realidad y parodia de la realidad? 

Aquel día preferí no preguntárselo. Ante mi silencio, él, que era un aficionado a la literatura mística y fantástica desde su juventud, me recitó unas rimas espirituales de un tal Angelus Silesius: La rosa es sin porqué. Florece porque florece. / A ella misma, no presta atención.  No pregunta si se la mira.

Al salir del bar, nos despedimos con un abrazo.

miércoles, 7 de abril de 2021

REGRESO AL BOSQUE DE LOS ESPÍRITUS

 Foto: J.X.

Volver a empezar. Volver al bosque de los espíritus y buscar entre los árboles y las plantas, entre los arbustos, las piedras y las flores.

Indagar el paradero del espíritu que resbala con las flores, y el del otro espíritu, aquel que de vez en cuando bebe una cerveza templada.

Reencontrarlos y reanudar, con ambos, los paseos con las novias y los novios muertos por los caminos del bosque. Recordar instantes felices y momentos horribles, desvíos y distancias angustiosas, extravíos tristes y vuelta a casa, heridos. Recordarlo todo, y querer y perdonar y seguir paseando entre los árboles del bosque de los espíritus.

Una forma de consuelo frente a tanta ausencia como se acumula en los rincones de las casas de aquí abajo.

domingo, 4 de abril de 2021

LA SUPERFICIE HELADA

Foto: J.X.

Extender las manos, extender las palabras, y no tocar sino la superficie helada del cristal de la ausencia.

Contra ese frío duro chocan y rebotan las manos y las palabras, y caen al suelo, desoladas, solitarias.

Transformadas, unas, en gestos de manos vacías, que tiemblan en los bolsillos, escondidas. Y las otras, las palabras, en sílabas inaudibles, encogidas y mudas en un rincón de silencio.

Moviéndose, unas y otras, como insectos perdidos que van de un rincón a otro de la casa ocupada por la ausencia.

sábado, 3 de abril de 2021

EL BRINDIS

 Foto: J.X.

Hoy me domina la tristeza de la cabeza a los pies”, me dice el hombre del bar. No ha podido ir a brindar con la novia muerta.

No se sentía en condiciones para llegar al lugar sagrado, donde ella y él brindan, con suma discreción. No quieren escandalizar ni a los vivos ni a los muertos con esos brindis llenos de nostalgia. Quizá, por otra parte, haya más gente brindando en el cementerio, con igual discreción, o bien haciendo declaraciones de amor póstumas, y no lo sepamos, añade antes de pedir otra cerveza.

El hecho de no haber ido hoy a ese brindis hace que le aumente el desconsuelo. No lo puede evitar, dice, y por eso le domina la tristeza de la cabeza a los pies.


viernes, 2 de abril de 2021

DE UNA IGLESIA A OTRA

Foto: J.X.

Aunque ella no era creyente, él iba de una iglesia a otra, buscándola. Quería encontrarla a toda costa.

La buscaba desesperadamente para declararle su amor, todo el amor que no le había declarado en vida.

Y pedirle que, desde donde ahora estuviera su espíritu, se sirviera de algún ángel demoníaco para darle muerte, puesto que él no se atrevía a hacerlo. O mejor dicho, temía equivocarse (ya hubo al parecer un primer intento en sus días de juventud), no acertar en la dosis y despertar nuevamente, y volver a sentir aquel frío húmedo, aquel desconsuelo que se acumula en los rincones abandonados de las iglesias y en los armarios de las casas visitadas por la muerte.

Ésta fue la más extraña historia de su vida (algo dantesca) de todas las que me contó en el bar, un día que venía de otra iglesia, desolado, sin haberla encontrado por ningún lado, decía. Por eso malvivía así, a salto de mata, y seguía buscando el amor y la muerte en cualquier iglesia,  añadía.

jueves, 1 de abril de 2021

NUNCA MÁS

 Foto: J.X.

No poder hablar nunca más con otra persona, con una persona querida; sobre todo, no poder hablar jamás con la persona más querida, es el gran peso, el peso insoportable de la ausencia.

Y más aún, cuando no confías en la mediación de los ángeles ni de los espiritistas, como era su caso -me explicaba en el bar, cuando volvía de brindar con la novia muerta, ya sin el botellín de champán, que había tirado en una papelera; con las dos copas en la bolsa envueltas aún en hojas de periódico, para no levantar sospechas al salir del cementerio.

Eso es lo que contaba en el bar, entre una cerveza y la tristeza  deformando el ojo derecho.