Foto: J.X.
Quería amar y ser amado.
Pero como no soportaba los días de fiesta ni los días laborables, transcurrió su vida en soledad, una soledad extrema de insecto casero. Sin ser amado, y, por dos veces, amando demasiado tarde.
Cuando se ahorcó en el bosque, acompañado de pájaros, arañas y algunas liebres, llevaba en el bolsillo un libro en miniatura con veinte poemas de amor y una canción desesperada.
Esta miniatura de libro, alargada, rectangular, tenía unas estrellas dibujadas en la cubierta.
Colgado de un árbol del bosque, y sepultado por dos hermanas a toda prisa, las últimas flores sellan sus labios resecos, sedientos, envenenados de amor imposible.
Uno dice "tengo imposibilidad de amar" y casi siempre se refiere a un amor hacia los demás, sin pensar que si uno mismo no se ama es muy difícil saber amar a los otros.
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