Foto: J.X.
Sin embargo, otra palabra, aún.
Incrustarla en el espacio que media entre las últimas flores y el vacío. Como si esa otra palabra -una palabra más escrita aquí- se abriera como una penúltima flor incrustada en el espacio del vacío.
La última aún no. La última flor, la última palabra, aún no.
Otra palabra, otra flor, otra mañana.
Cuando se desea una última palabra es porque seguramente las anteriores no llenaron nuestra alma y solo si encontrásemos la que cerrara ese ciclo de palabras insuficientes, podríamos dejar de sentir esa ausencia también de palabras.
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