domingo, 29 de agosto de 2021

"RESPIRA. NO RESPIRES"

Foto: J.X. 

No respires”, nos decía nuestra madre cuando en invierno salíamos del cine de barrio los sábados por la noche, tapados con bufanda y capucha, generalmente confeccionadas a mano por las propias madres.

“No respires”, se decía uno para morir mejor, después del abandono de una novia o del fracaso de los primeros trabajos.

“No respira”, diagnostican en el hospital cuando dejas de respirar por última vez, y te vas para siempre de este maldito y bello mundo.

“Ya no respira. Descanse en paz”, entonan algunos, olvidando que ya no necesitas, a diferencia de antes, ni descanso ni sentir paz alguna.

“¡Tanto respirar, y es que no se enteran!,”, exclamaba un vagabundo, que iba dejando de respirar abrazado a su perro fiel.

Ahora se abre en la oscuridad un camino infinito de flores, con destellos de luz más allá, acaso el anuncio del destino final del camino de las flores, y de la vida y de la muerte, cuando la respiración se detiene en una exclamación de silencio, como un asombro o un espanto inaudible en los ojos (quien lo haya contemplado una vez, no lo olvidará jamás).

Y todo el ser se transformará en otra flor, en otro resto de luz en el camino de la oscuridad, mientras vuelve a sangrar, aquí, un corazón abandonado.

2 comentarios:

  1. en Facebook comparten21 de septiembre de 2021, 9:35

    Ramon Bosch Boada

    Teresa Tramunt

    Marian Raméntol

    Mireia Puertas

    Efi Cubero

    Inma Arrabal Cano

    Isabel Mercadé

    Josep Jordana Escude

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  2. una lectora corriente23 de septiembre de 2021, 11:07

    Del recuerdo de la infancia al dolor de dejar, por no poder, respirar. Un relato crudo y tierno a la vez que nos deja un dulce sabor amargo y la mirada de unos ojos que se despiden de nosotros para siempre.

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