Foto: J.X.
Como
esos mosquitos que son atraídos fatalmente por el olor del vino y
que terminan por caer y ahogarse en un vaso de vino, así andaba
ella, merodeando con su pena de un bar a otro, sin casa ni destino,
excepto las casas de los demás, lejanas siempre de su camino.
Pero sin caer del todo ni ahogarse, a diferencia de aquellos mosquitos, en un vaso de cerveza: su alma aún flotaba en la espuma de la cerveza, como gateando en un charco, panza arriba, panza abajo. Pobres almas, cómo gatean, aturdidas, por los charcos del mundo.
Un alma que flota en la espuma de la cerveza, es un alma que lucha, un alma viva. Las otras, las que se dejan llevar de un lugar a otro, son unas pobres almas sin destino.
ResponderEliminarLya Sheinfeld
ResponderEliminarTeresa Tramunt
Raúl Yagüe Yagüe
Francesc Parcerisas
Jorge de los Santos
Ariel Fridman
Ramòn Lupiañez
Jesús Aumatell Molas
Efi Cubero