jueves, 6 de mayo de 2021

UN ESTORBO

 Foto: J.X.

Era una mujer que se consideraba un estorbo, un trasto inútil, como una cosa vieja que estaba de más y sobraba.

A las 10 de la noche bajaba a la calle con una silla y se sentaba a esperar.

Esperaba que llegara, con puntualidad, el camión de los trastos viejos, y a ver si esta vez tendría más suerte, se decía, y querrían recogerla y llevarse en el camión de los trastos viejos toda aquella vida  que se le había ido acumulando, envejeciendo por los rincones de la casa.

Pero los del camión no le hacían caso, ni miraban siquiera aquel bulto que se movía en una silla, y pasaban de largo.

Entonces, subía otra vez por la escalera, con la silla a cuestas. Hasta el día siguiente, a las 10 de la noche, que bajaba otra vez a la calle para esperar de nuevo al camión de los trastos viejos. Volvería a intentarlo, un día tras otro. Porque ella tenía en su casa toda una vida muerta que sobraba, que era una basura, un estorbo, les decía, e insistía para que lo recogieran todo y se lo llevaran cuanto antes, lejos de aquí, lejos de su casa, donde ya todo había muerto. Ella también, aunque nadie se diera cuenta, ella también había muerto, estaba muerta, ¿no querían llevárselo todo, por favor?


2 comentarios:

  1. Comentario de "Insurrecta":

    Esperar que te recojan junto a tus trastos viejos, y a ti como uno más, es triste. Por eso le recomendaríamos a la mujer de la silla que vaya cambiando de lugar donde esperar. Siempre hay alguien a quien le gustan los trastos inútiles, y sobretodo que ama a los viejos que no saben que aún pueden ser útiles y dar y encontrar amor.

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  2. Comentari de Lluís Nadal:

    I així, cada dia a les 10 de la nit, i per més morta que estigui, mentre Tànatos no se l'en dugui, l'haurà d'acollir l'Orfeu.

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