Foto: J.X
Traspasado
el fondo del abismo, más allá del vacío, se acallan el dolor y el
abandono al ser capturados por el filo de las piedras del propio
abismo, durante la caída.
Al
otro lado de lo que no tiene nombre, una señal te indica la salida
del lugar, de ese no lugar en que te hallas e ignoras.
¿A
dónde conduce esta salida de ninguna parte a ninguna parte?, ¿a ese
lugar que no se puede nombrar?
Podrías
preguntarlo..., ¿preguntarlo a quién?
Déjalo
estar. No importa. Sigues andando, no vale la pena intentar
preguntar.
Ya
llegarás adonde sea, aunque sea a ningún lugar.
Siempre hay salidas que no sabes donde te llevan, casi siempre a ninguna parte, pero aunque pases una y otra vez por ningún lugar, al final del recorrido llegarás al lugar donde las preguntas ya no son necesarias.
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