Foto: J.X.
Buscar
la voz. Buscar la palabra.
Aunque
todo sea noche, hay que seguir, camino abajo, camino arriba. Hay que
seguir buscando la voz, la palabra.
Aunque
haya un laberinto de callejones y caminos y todo sea noche, no
importa. No te puedes extraviar más de lo que ya estás.
Buscar
la encrucijada que señala el camino del bosque de los espíritus.
Bajar y subir, girar a la derecha, girar a la izquierda, volver a
bajar, volver a subir.
Allá,
una luz, intermitente, azulada, que se apaga, que se enciende, como
un claro de bosque en la oscuridad. Ya no falta tanto...
Subir
un poco más, cojeando, apoyándote en las flores de la novia muerta,
como si fueran bastones perfumados, resistentes.
Suena
una voz en el interior de una piedra.
Cuando después de andar y subir y bajar, al final del camino se divisa una luz intermitente y se puede oír una voz emanada de una piedra, todavía cabe la esperanza.
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