Fotografía: elnacional.cat:
Uniformats i amb la cara tapada
¿Quiere
decir?, pregunta el politólogo, que ha vuelto de vacaciones y anda
algo despistado, dice.
Uniformats i amb la cara tapada
Asombroso,
malos recuerdos..., comenta alguien en el móvil.
Creía que eran miembros del Ku Klux Klan, apunta el periodista en paro.
Creía que eran miembros del Ku Klux Klan, apunta el periodista en paro.
El
problema no es el lazo amarillo, sino la lengua, la cultura catalana,
que se visten de amarillo inarmónico para protestar, comenta la
vidente del barrio.
Verá,
añade la vidente, en cuanto la cultura catalana acepte que es una
música de sardanas, de habaneras y un Pau Casals o Mompou de vez en
cuando, y nada más -que ya es suficiente para un país tan
pequeño-, ya no habrá más problemas musicales, ni lazos amarillos
inarmónicos, conflictivos, explica la vidente del barrio en medio de
un gran follón dodecafónico en el bar.
¡Luego
de los lazos amarillos podríamos arrancar también las "senyeres"
y los banderines del Barça!, exclama con sarcasmo el humorista.
¡No,
que mi marido es del Barça, español a carta cabal y antiamarillo,
pero del Barça!, replica la cuñada del dentista.
¿Por
qué no ponen lazos azules o verdes enfrente de los lazos amarillos,
en lugar de arrancarlos?, pregunta la sobrina de la peluquera.
¡No,
que son de plástico y contaminan!, advierte la fiscal del barrio,
que no es fiscal, sino vecina que fiscaliza en el bar, matiza la hija
de la bibliotecaria.
No
sabía que ustedes fueran tan ecológicos..., ironiza la nieta del
anarquista.
¡Marchando,
caña de cerveza y calamares a la romana, pero que el rebozado no
amarillee mucho!, anuncia la dueña del bar.