¿PERO HAY UNA REVOLUCIÓN Y NO ME HE ENTERADO...?

Hablemos claro, esto es una revolución, la revolución pacífica de las urnas, una revolución republicana, dice la vidente del barrio.

¡Es una secesión, un golpe de Estado, no una revolución!, exclama la cuñada del dentista.

¿Cómo se puede dar un golpe de Estado sin ejército ni guardia civil ni policía nacional, sin jueces ni fiscales ni CNI, y sólo con unos cuantos "mossos d'esquadra"?, pregunta la sobrina de la peluquera.

En eso lleva razón, no había caído, responde la fiscal del barrio que no es fiscal.

¡Nada de razón, es sedición, desacato, rebeldía, golpe de Estado, revolución, turismofobia y gamberrismo!, replica la cuñada del dentista.

Las urnas, el voto, como un concepto nuevo de revolución, no está mal, comenta el politólogo del barrio.

¿Una revolución a la crema catalana?, pregunta la nieta del anarquista.
Pero, ¿hay una revolución catalana y no me he enterado?, pregunta el periodista del barrio.

Si es dulce, la política sabe mejor, dice el humorista.

¡Pero después de una cerveza con calamares a la romana!, advierte la dueña del bar. 

¡Vale, una cerveza republicana con calamares a la urna!, exclama el humorista.
¡Y yo sin enterarme!, replica el periodista del barrio.