La
sobrina de la peluquera lee un panfleto que ha encontrado en el suelo
del bar del barrio:
"Advierten algunas informaciones que se
prohíbe terminantemente votar en casa según qué cosas.
Queda también prohibido hacer referéndums particulares en el jardín o en el patio trasero de las comunidades de vecinos.
Serán apercibidos muy seriamente quienes hablen en público sobre lo prohibido.
Queda también prohibido hacer referéndums particulares en el jardín o en el patio trasero de las comunidades de vecinos.
Serán apercibidos muy seriamente quienes hablen en público sobre lo prohibido.
Agravándose
la responsabilidad civil, y acaso redundando en responsabilidad
penal, si además se habla de todo ello con cierto entusiasmo
electoralista, para estimular el voto por calles, bares y escaleras."
Aquí
acaba el panfleto, dice la sobrina de la peluquera.
Hoy, 11 de Septiembre, quien vaya a la manifestación a celebrar derrotas, caerá, si no en desacato, en pre-desacato, anuncia la cuñada del dentista.
Hoy, 11 de Septiembre, quien vaya a la manifestación a celebrar derrotas, caerá, si no en desacato, en pre-desacato, anuncia la cuñada del dentista.
¿Si
voy a la playa, al campo de golf o al fútbol, me amparará la
constitución de la playa, del golf o la federación de fútbol?,
pregunta el humorista.
¡Alto,
esto es una provocación!, advierte la fiscal del barrio, que no es
fiscal, sino vecina que fiscaliza en el bar.
Nada
es verdad, todo es mentira, todo es desacato, recita el poeta
romántico del barrio.
Tengo
más clientela desde que hay tanto jaleo nacional y pluri-nacional,
comenta la vidente. Quieren que les adivine el futuro, comenta la
vidente.
Cuenta
una leyenda que los pájaros y las flores no supieron asociarse a
tiempo, libre y sosegadamente, cuando convenía, y ahora andan a
palos, cuenta la nieta del anarquista.
¡Por eso sube el precio de los alquileres y el aceite!, exclama la dueña del bar.
¿Qué
ocurre?, pregunta el periodista del barrio.¡Por eso sube el precio de los alquileres y el aceite!, exclama la dueña del bar.
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