SUENA OTRA VEZ LA MISMA CANCIÓN EN LA RADIO DEL BAR

¡Ni plurinacionalidades ni referéndums ni desconexiones, / y viva la madre que nos parió recios!, cantemos sin miedo, con espíritu patrio y fe en la unidad nacional, como recomienda el ministro portavoz del PP al nuevo PSOE, exclama la cuñada del dentista.

¡Así se canta!, anima la fiscal del barrio, que no es fiscal, sino vecina que fiscaliza por tiendas y bares.

Bien visto y oído, ratifica el poeta romántico delbarrio.

La hermana del informático lee un anuncio en internet: “Vendo casa grande, muy solariega en primavera, verano, otoño e invierno, de segunda mano pero en buen estado, una, grande y libre de bichos, con vistas al mar y a la montaña, facilidades de pago para unidades familiares de cuerpo sano y mente sana, como decía Juvenal, de sólidos cimientos que resisten a diario el peligro de ruina y desalojo, evitando de esta forma tentaciones y riesgos de separación del cuerpo familiar, qué digo, no sólo familiar, sino también patrio”.

¿Anuncio auténtico o desacato real?, pregunta la cuñada del dentista.

Bromas de republicanos separatistas, sin duda, ironiza la nieta del anarquista.

Mi madre tenía un fulano que le puso tienda y piso en la Plaça Francesc Macià, antes llamada Calvo Sotelo, junto a la Avenida Generalísimo Franco, hoy llamada Avinguda Diagonal, comenta la hija de la bibliotecaria.

Gracias por la información, hija, ¡siempre burlándote del pasado y la familia!, amonesta la fiscal del barrio.

Desconecten la tortilla, ¡y marchando otra de calamares!, exclama la dueña del bar.

¡Y una de “botifarra de pagés”, / pero de genuina butifarra de payés Casa Tarradellas, / con pan, aceite y tomate-tomata de Lleida!, canta el humorista.