EL FUTURO Y LA TORTILLA A LA FRANCESA

La “Fundación Renacimiento Demográfico”, desde la emisora episcopal la COPE, nos alerta sobre la baja natalidad de España, agravándose la situación, dicen, en Catalunya, Aragón y Melilla, explica la cuñada del dentista.

O sea, quieren decir que peligran las pensiones, replica la vidente del barrio.

Menos españoles cotizando igual a menos pensiones, deduce el politólogo del barrio.

Menos españoles, menos catalanes, menos aragoneses y menos melillenses igual a menos población para el futuro Estado Federal, que diría el novio federalista de mi madre, indica la hija de la bibliotecaria.

Cuidado con rozar los límites de la Constitución, advierte la fiscal del barrio.

En eso tiene mucha razón: cualquier rozadura escuece, replica la sobrina de la peluquera.

¿Esta institución se llama Renacimiento Demográfico?, ¡vaya nombre!, la pobre, será para estimular la libido, como decían antes, salta la hermana del informático.

No sea pornográfica, que el asunto es serio, advierte una desconocida que pide un café cargado.

Por un lado, la gente se empeña en no morirse y, por otro, las parejas se empeñan en vivir al día, con hipotecas, y no están por la labor fecundativa, explica la cuñada del dentista.

El gran novelista colombiano Fernando Vallejo, que despotrica contra el Vaticano, la Madre Iglesia y la fecundidad mundial, se pondrá contento con esta noticia “renacentista”, bromea la librera del barrio.

Ofensa, desacato y baja natalidad, características de esos jóvenes indignados que nos quieren gobernar, interviene la fiscal del barrio.

¿Me puede preparar un bocadillo de tortilla a la francesa?, pregunta el humorista a la dueña del bar.

¡A la francesa, pide una tortilla a la francesa y no un buen pedazo de esta tortilla española recién hecha en el bar, con patata y cebolla, y lo hace para provocarnos!, exclama la cuñada del dentista.

Tranquila, tranquila, no tengamos ahora un conflicto de tortillas, cada uno con sus gustos y su tortilla, ¡faltaría más!, ¡uno a la francesa, marchando!, replica la dueña del bar.