TEATRO EN LA CALLE

Fotografía: Miquel Cartisano, Casa Perlas (blogtotbarcelona)

Después de un pequeño incendio en la antigua bodega "El Rancho", famosa años atrás por sus sardinas a la brasa, cuyo olor penetraba poderoso por los balcones y ventanas de la calle Regomir, de Barcelona (este bar aparece en una secuencia de la película "Noche de vino tinto", de José María Nunes), se han iniciado unas excavaciones arqueológicas que se extienden a todos los bajos del Palacete barroco donde estaba situado el bar (nota personal: mi hermana y yo fuimos al colegio con las dos hijas del dueño, viudo).

Este Palacete fue la residencia del notario Ramon Frederic de Vilana-Perlas, nombrado secretario del Despacho Universal de Carlos III en 1707, y tres años después, ennoblecido con el título de marqués de Rialp y capitán de la Coronela de Barcelona en 1714 (organización de ciudadanos que procedían sobre todo de los gremios de oficios, con autonomía para militarizarse en caso de guerra).

1714-2014, fue la efemérides tricentenaria de la derrota catalano-austracista bajo los cañones borbónicos, tan recordada estos últimos años y representada por las calles del Born, de Barcelona, por voluntarios con uniformes miliatres de la época y mosquetones de fogueo de la compañía la Coronela. Es tanto el estruendo de tambores y disparos de fogueo, que a veces los vecinos tenemos la sensación de encontrarnos ya en una nueva y plena Guerra de Sucesión, que hoy sería de Secesión, como nos advierten los periódicos ABC, El Mundo y La Razón, a la vanguardia de la tropa neoborbónica.

Esperemos que todo quede en una buena función de teatro aficionado y los escopetones sean de fogueo hoy y mañana, y que los gregüescos o pantalones de los espadachines españoles y catalanes no resulten manchados en el fragor de las urgencias urinarias, como diría Dalí.

Pues bien, volviendo a nuestro pasado romano, se rumorea en el barrio que los arqueólogos han descubierto una piscina romana, impermeabilizada, dicen, y en condiciones para un buen baño. Se encontraría cerca de la Puerta de Mar, la muralla y las termas romanas que ya fueron descubiertas al restaurar los restos del Palacio Gualbes, donde hoy tenemos el Centro Cívico Pati Llimona (terma romana que hoy, en 2016, puede visitarse entrando por el edificio contiguo a nuestra querida Capella de Sant Cristòfol del Regomir, patrón de los conductores, desde carros y bicicletas a automovilistas, excluidos los conductores de la política).

En el auditorio del Pati Llimona -divagando un poco para desviar el fogueo de la Guerra de Sucesión-, celebramos años atrás numerosas lecturas y encuentros poéticos organizados por la Academia Iberoamericana de Poesía, que dirigía la profesora y poeta activista Àngels Cardona, ya fallecida y olvidada por casi todos).