Fotografía: Janet Xirgu, Ramo de flores
Pasaron los siglos, no había nadie, y el viento seguía arrancando las flores carbonizadas de la tierra.
Hasta que un día sólo quedó una flor carbonizada, en un páramo olvidado del viento, y, alrededor de ella, comenzaron otra vez a crecer las flores.
No había nadie aún, pero ya florecían las plantas alrededor de la flor carbonizada.
A Pura Salceda, Carlos Morales del Coso y 8 personas más les gusta esto.
ResponderEliminarCarlos Morales del Coso: Curiosamente, Albert, hace poco leí que los semillas de los árboles quemados se galvanizan interiormente gracias a unos procesos químicos, que le permitirán cuajar mejor en la tierra a la que caigan. ¿Tendremos nosotros alguna tierra en que caer?
C Dolores Escudero Martinsanz: ¿Profecía? Hermoso.