Dicen en el bar del barrio que, si no lo han entendido mal, ese Banco Malo creado por las autoridades españolas será una Sociedad Gestora de Productos o Activos Tóxicos Inmobiliarios, la cual adquirirá, de prisa y corriendo y a precios rebajados, los activos tóxicos de las Cajas de Ahorro y Bancos intoxicados por los créditos inmobiliarios y que se han quedado con la caja vacía (por ejemplo, Bankia, Caixa de Catalunya y otras Cajas donde los consejos de administración estaban formados por políticos de distintos partidos, miembros sindicales y algún que otro banquero).
El Banco Malo comprará los miles y miles de pisos y locales construidos y a medio construir que se han convertido en hipotecas impagadas, pisos y locales que ahora las Cajas y Bancos no pueden vender y se convierten en productos tóxicos, creando agujeros negros en la liquidez de esos mismos Bancos intoxicados, es decir, que no disponen de dinero corriente, y que serán saneados o purificados por el Banco Malo.
Pero, ¿quién pondrá el dinero en el Banco Malo para comprar los productos tóxicos?
Y los productos tóxicos, comprados así, de prisa y corriendo, ¿serán algún día un buen negocio para el Banco Malo, dentro de 20 o 30 años? Y, ¿de quién será el Banco Malo el día que éste pueda vender a buen precio los activos tóxicos que ya no serán tóxicos (viviendas, locales, edificios enteros) y se convierta en un Banco Bueno con liquidez, con dinero corriente?
Comentan en el barrio que ojalá hubiera también un Banco Malo donde poder depositar y sanear las guerras tóxicas, las ideologías intoxicantes y las religiones tóxicas, los medios de comunicación intoxicantes, los deportistas y entrenadores de fútbol tóxicos, ciertos articulistas, ensayistas y tertulianos tóxicos, así como algunos novelistas y editores intoxicantes, y algún que otro vecino, etc.
Mundo intoxicante, mundo intoxicado, todo está contaminado...
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