Dicen que un príncipe bajó de las alturas, se acercó a escuchar lo que le decía una ciudadana sobre la democracia real, la monarquía, la república, etc., intercambiaron tres o cuatro opiniones, y de pronto alguien del séquito intervino y le comentó a la muchacha si no tenía algún otro problema del que ocuparse, es decir, si no tenía otra cosa que hacer, y el príncipe cerró el diálogo con la muchacha anunciándole que ya le habían concedido "un minuto de gloria" y que podía irse satisfecha. Pero dicen en el barrio que la democracia real siguió sin aparecer en el escenario, como el personaje de la "cantante calva" de Ionesco.
Me comentan en el barrio sobre la acción del príncipe:
Lo positivo, acceder a hablar con una muchacha desconocida, cosa que seguramente no hubiera hecho un presidente del gobierno.
Lo negativo, los comentarios de los miembros del séquito, nerviosos y queriendo acabar cuanto antes, y la frase final sobre "el minuto de gloria" que le estaban otorgando a la "joven preguntona", con video incluido.
Y aunque fuera así, ¿sólo ellos, los gloriosos, tienen derecho a la gloria, y, por supuesto, años y años de gloria y no sólo un minuto? Y, además, las preguntas tenían sentido, aunque no fuera el mejor lugar para discutirlas, pero, ¿quién puede discurrir y discutir con un príncipe en su palacio? Eso es lo que dicen en el barrio.
Por cierto, Groucho Marx también quiso intervenir en la famosa discusión, pero le dijeron que antes debía solicitarlo por escrito con una antelación de 5 años, adjuntando 25.000 copias con sellos y timbres del Estado, de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento correspondientes.
El suplente del cronista
Está muy bien dialogar, es necesario, pero sobra ese "tono" aristocrático. No han pisado nunca la calle, y eso se nota. Serán "reales", pero no tienen sentido de la realidad, la desconocen, igual que los políticos que viven en la realeza de sus partidos.
ResponderEliminarrealeza.
ResponderEliminar(De real2).
1. f. Dignidad o soberanía real.
2. f. Magnificencia, grandiosidad propia de un rey.
3. f. Conjunto de familias reales.
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Del dicho al hecho hay un buen trecho, me gustaría saber que pensaba el "real" mientras contestaba tan democraticamente...
ResponderEliminarCarmen de Guevara