sábado, 19 de marzo de 2011
¿MANIFESTACIÓN DE POETAS? (UN POCO DE HUMOR BAJO LA LLUVIA)
Dice un cliente del bar que tiene una amiga cuya hermana es novia de un chico cuya padre está casado con la hermana de una poeta (un respiro), y sigue contando que la poeta un día organizó, en su barrio, una manifestación de poetas a favor de lo imposible, pero a la que sólo asistieron dos poetas, uno extranjero y otro del mismo barrio, un poeta cojo. Preguntado por el contenido del manifiesto, nos alarga un papel con este poema:
Estoy sentado al borde de la carretera,
el conductor cambia la rueda.
No me gusta el lugar de donde vengo.
No me gusta el lugar adonde voy.
¿Por qué miro el cambio de rueda
con impaciencia?
Bertolt Brecht
Alguien comenta que no están los tiempos para poetas y poesías.
Otro responde que si las luchas fueran siempre poéticas no habría sangre ni muertos.
-Esto nunca se sabe, reponde el poeta romántico del barrio, que no asistió a la manifestación porque dice que hace unos años tuvo una mala experiencia con otro poeta, de maneras dulces, pero que se ponía muy violento cuando no entendían sus sonetos de amor o sus elegías familiares.
-Vamos, lo que se dice un poeta maltratador de lectores, comenta bromeando la nieta del anarquista.
-No sabía que, entre los poetas, también hubiera maltratadores, con las bonitas cosas que dicen y escriben!, exclama la dueña del bar, alarmada.
-No es oro todo lo que reluce, señora mía, tampoco los poemas, advierte el teólogo progresista del barrio, que también escribe sus rimas los fines de semana.
-Así es, aunque duela confesarlo, no todos los poetas que sueñan son de fiar, se lamenta el poeta romántico, y se toma otro café mezclado con gotas de rocío verde, metáfora del carajillo estomacal de menta, nos dice sonriendo.
El suplente del cronista
Efectívamente, también los poetas saben dar navajazos. Eso sí, dirán que fue en defensa propia.
ResponderEliminarUn saludo.
Como testigo de la defensa, puedo testimoniar y testimonio que todos los poetas líricos que conozco son de dulce trato. Los narradores son otra cosa, y no digamos ya de los satíricos y poetas en prosa, los más barriobajeros sobre la capa de la tierra.
ResponderEliminarPor fin, alguien que sabe reponder a favor de la poesía. La mala hierba crece en todas partes, ya lo sabemos, pero no es en el territorio de la poesía donde más crece.
ResponderEliminarEspaña ayudará a Libia aportando los gastos de traducción al árabe de la obra completa de Corín Tellado, para que sea leída al pueblo mientras estos trabajen en las próximas tareas de reconstrucción del país.
ResponderEliminar¿Si no pasaran estos atentados y estas catástrofes, qué haríamos con el ocio? como ya se preguntaba el protagonista de La Tregua...
ResponderEliminar¿Sabemos vivir, con o sin poesía?
Más de uno se merece una buena sátira quevediana, hay que reconocerlo.
ResponderEliminar¿Armas o letras?, ésta es la cuestión.
ResponderEliminarMe gusta nuestra "cultura del desastre", de "mundo feliz", de pupila dilatada. Me excita coquetear con la posibilidad del fin del mundo...
ResponderEliminarHoy tengo una erección intencionada; hoy soy un ariete que "le da" a un mundo indefenso, depredado, ridiculizado...
sí, en el Mercado de Los Encantes se pueden conseguir armas
ResponderEliminar...y lo peor de los poetas y de los poetas en prosa, es que se creen los mejores, se sienten únicos, por encima del resto de los seres humanos. Pobrecitos, no saben lo que se pierden con sus vidas, que ellos creen mejores y diferentes.
ResponderEliminar¡Me habéis convencido! y como tampoco quiero ser dictador, ni político, ni banquero, ni de la Sgae, ni demagogo y como desgraciadamente, tampoco tengo la constancia ni la inventiva para mantener un blog. He decidido que me voy a dejar el negocio de la poesía, por el de los gusanos de seda.
ResponderEliminarSuave...
Houston, tenemos un problema
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