CUANDO MENOS ES MÁS

Dice la esposa del dueño del bar, al volver de la tienda, que todo sube demasiado y la caída será más dura.
También aquí en el bar, responde el poeta romántico del barrio, donde todo es más, incluso los carajillos.
Así es, cuando menos es más, como decían los minimalistas, comenta el cirujano al volver de una noche de guardia en el hospital. 
Pero aquí el valor será negativo, nos informa el joven psiquiatra en paro: menos empresas, más paro, menos subsidio, más pobreza, menos actividad igual a más desequilibrio, es decir: cuando menos es más, pero en sentido negativo.
Quizá para no ser menos que la arquitectura, el arte o la poesía (donde menos es más), la realidad política y social, aun siendo menos, quiere ser más, nos indica el antólogo de poesía del barrio.
Y de ahí que a más trabajo menos salario, opina la nieta del anarquista. Menos estado de bienestar, menos ética, pero más dircurso poético (ay, perdón, político, discurso político, no sé en qué estaría pensando).
Y más recursos mágicos para los agujeros y grietas  de  Cajas y Bancos, cuyas sucursales nocturnas albergan desinteresadamente vagabundos, borrachos, hipotecados sin vivienda y algunos anarquistas pacíficos, también desalojados, añade la madre de la hija okupa.
Convivir, ésta es la palabra, la cifra, el símbolo, el mensaje, el enigma de nuestra sociedad!, exclama el teólogo progresista del barrio, convivir en paz.
Convivamos, pues, aunque unos lo puedan hacer en mejores condiciones que otros, como dirían aquellos animales de Rebelión en la Granja, comenta la sobrina de la peluquera.
Menos es más, cuando todo va bien y no te falta de nada, es decir, cuando menos no es realmente menos como en mi saldo bancario, concluye la hermana del dueño del bar, y todos nos reímos, todos menos uno que hace ya tiempo que va a menos.









El suplente del cronista