Una señora le dice a otra en el "Horno Dulce" del barrio:
Maj Sjöwall, fundadora (con su esposo) de la moderna novela negra sueca, comenta en una entrevista en el suplemento cultural del ABC:
“Hace tiempo que escribí todo lo que tenía que decir. Y no me arrepiento, odio la fama”.
La otra señora añade: Esta novelista, fundadora, como dice Ud., de la novela policiaca sueca antes del inevitable Larsson de "Millenium" (él no tiene la culpa del abuso), dice no saber nada de Vázquez Montalbán, ya que nadie lo ha traducido en su país.
El bibliotecario que se va a trabajar declara, antes de salir del horno con un bocadillo envuelto: "Aquí celebramos, mientras tanto, la entrada al museo cultural y mediático de Quim Monzó (ya se sabe que en Catalunya sólo puede existir, de tiempo en tiempo, un poeta, un novelista, un pintor, un político o un cardenal, etc., que será representado por antonomasia en los medios de comunicación y museos, pues dos ya serían demasiados para los premios nacionales, las cruces + de Sant Jordi, las exposiciones, la inauguraciones de los políticos y la clientela habitual). Esperemos que lo hayan traducido al sueco, y así Gimferrer ya tendrá un serio competidor para la lucha del futuro Premio Nobel catalán y en lengua catalana".
La exposición dedicada a Quim Monzó, en Barcelona, tiene un montaje escénico brillante, extraordinario de luminotecnia y decorados. "¿Pero a quién le interesa la infancia o los avatares familiares y profesionales del joven Monzó"?, pregunta uno en la bodega del barrio. De momento, a la peluquera, al lampista y a algunos clientes del horno-pastelería, que, bajo la influencia de un poeta de la experiencia del mismo barrio, han ido a ver la exposición "Monzó", dedicada al escritor que no quiere serlo: "No he volgut mai ser escriptor. He volgut escriure, que és diferent", declaraba en una entrevista (La Vanguardia).
Algunos vecinos opinan que es una exposición "muy buena y amena para mayores y niños, para todos los públicos aunque haya alguna pequeña marranada". Otros, menos informados, preguntan a qué edad murió este chico homenajeado, Quim Monzó, pero la peluquera les aclara que se trata de un escritor, de un señor que está vivo, que sale por tv3 y en la radio y escribe cosas muy divertidas en "La Vanguardia".
Pero el propietario del "Estanco Moderno" (más agresivo desde que ha bajado la venta de tabaco) no está de acuerdo con la opinión general y comenta que son más interesantes de conocer otros memoriales:"Los recuerdos malsanos de Marcel Proust, Kafka, Pessoa, James Joyce, Virginia Woolf, Pablo Neruda, Gabriela Mistral y sus amores, Dylan Thomas y sus cervezas, Céline y sus animales, Albert Camus, Jean Genet en Barcelona, Salvador Dalí, Ionesco, Josep Pla en Rusia o Gil de Biedma en el Barriochino, por ejemplo, que no los de Quim Monzó, por lo menos en estos comienzos del siglo XXI", sentencia mientras vende una tarjeta de Bus a una niña.
"Un tanto pedantes estos vecinos, la verdad, puesto que se trata de una cuestión o circunstancia sin duda frívola, intrascendente, para citar tantos nombres", añade el sociólogo del barrio.
"Cada cosa a su tiempo, y no todo el mundo va a tener la virulencia poética de Truman Capote (estupendas las dos películas), o el misterio de Simenon, o el encanto vecinal de Terenci Moix, pero este Quim Monzó no está nada mal, y además parece un chico de este barrio", dice la vecina del 1º 2ª al salir del bar de moda del barrio y respondiendo así al vecino del 4º 3ª, que pedía unos calamares bien rebozados y una de Monzó, bien fresca.
La portera de la esquina sigue barriendo las latas y los papeles del fin de semana, las flores secas y el polvo del barrio... "Escuche, la exposición del Quim Monzó es un éxito de público, hay colas", le cuenta una vecina de la Rambla de Santa Mónica al pasar por su lado.
El SUPLENTE DEL CRONISTA
Este tema es el de la magnitud de la fama. ¿Es buena o mala tanta fama para un escritor?
ResponderEliminarUn observador
Unos tanta y otros tan poca. No envidiemos a Monzó...
ResponderEliminarUn lector
"Todos envidiamos a Quim Monzó", podría ser el título de uno de sus cuentos.
ResponderEliminarUn espectador de la exposición "Monzó"
Las cosas culturales aquí en Catalunya son así. Va por temporadas. Hemos tenido la etapa Mercè Rodoreda, Salvador Espriu, J.V. Foix, Joan Brossa, Carme Riera, ahora Joan Vinyoli, Màrius Sempere, Montserrat Abelló (que ya se lo merecen). Y ahora le toca, por excelencia, a Quim Monzó. ¿Y para cuándo Miquel de Palol, un narrador magnífico, que compone novelas con unas técnicas narrativas impresionantes? Su narrativa es de gran ambición literaria, estilística, y no es de difícil lectura como sugiere algún crítico.
ResponderEliminarLectora y vecina de Ciutat Vella
Estaría bien que en lugar de uno solo, Catalunya pudiera asumir la excelencia de más de un poeta, narrador o pintor a lo largo de cada etapa. Dos, tres, cuatro e incluso cinco, dentro de cada género, narrativa, poesía, pintura, teatro, etc., ¿por qué no?
ResponderEliminarPropuesta de una joven lectora
Tenemos buenos poetas catalanes, novelistas, ensayistas, pintores o artistas plásticos, actores, cantantes, arquitectos, pero siempre elogiamos a uno solo y, luego, cada año repartimos 50 o más Creus de Sant Jordi a personalidades que, a veces, nadie conoce (por no hablar de Millet y otros). Misterios de nuestro país, o "collonades", como decía Josep Pla mientras asaba sardinas en la playa, que es donde tienen más gusto a mar, decía.
ResponderEliminarEquilibrista
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Estamos yendo a pasos agigantados hacia la cultura-morbo como si esto fuera un permanente tele cinco y su periodista cantante.
ResponderEliminarNo tiene, o no debería tener, ningún interés la infancia y los avatares personales de un escritor y menos de un escritor que todavía no ha terminado su obra. En este país o nos precipitamos o no llegamos.
¿Al final veremos por la tele a los escritores cantando y concursando en programas del corazón? ¿Novelistas-cantantes, poetas-cantantes, editores-cantantes? Será divertido, siempre que los nuevos cantantes no se vuelvan canta-mañanas. Había una serie muy buena, antigua, que se titulaba "El detective cantante". ¿Seguiremos sus pasos"
ResponderEliminarAdicta a los nuevos programas
No pasa nada. Es la sociedad del espectáculo. Quien no quiera figurar, que no figure. Pero todos tenemos derecho a unos días o meses de fama. Mientras, claro, no nos pongamos pesados de tanto cantar maravillosamente, y alarguemos la fama y el sonido hasta aburrir a los mismos pájaros cantores.
ResponderEliminarCompositora para aves
A mí me aburren todos esos famosos, sean escritores, pintores, actores, políticos o concursantes. No hay nada como conocer a un buen fracasado para ahondar en la vida. Aprendes mucho más con él, con su mundo frágil, que no escuchando los triunfos del artista vencedor y santificado por la sociedad del espectáculo.
ResponderEliminarClub de fracasados
Busco fracasado o fracasada que no haya conocido nunca el éxito. Quiero vivir la realidad. No quiero conocer pelmazos que hayan triunfado.
ResponderEliminarNovia revolucionaria
Donde haya un poeta derrotado por la vida, que se quite cualquier narrador de éxito. No hay color: el poeta derrotado ejerce una mayor atracción. Claro que el narrador de éxito siempre podrá decir aquello de: "Que me quiten lo bailao".
ResponderEliminarHija de poeta derrotado
Mi madre, poeta, siempre "moría de amor", quiero decir que no le salía ningún novio que le durase más de cuatro días. Hace diez años se casó por lo civil con un narrador de éxito y aún le dura. Ahora se lamenta de la duración. Por cierto, yo soy hija de un novio anterior, de uno de aquellos poetas derrotados, pero mi madre no me ha querido decir nunca el nombre (ni falta que hace, pobres poetas).
ResponderEliminarHija de poeta desconocido
En este blog, "Pensión Ulises", percibo una clara tendencia a la poesía, una inclinación hacia los poetas vencidos por el acoso de la vida. No lo dudéis más: poned a un buen narrador o narradora a vuestro lado, con premio incluido, y gozaréis por fin de las excelencias de la vida y sus tesoros. Sed felices y comed unas buenas perdices asadas por la mano diestra de un narrador o narradora con el Planeta u otro premio suculento. Ya veréis que no no hay color.
ResponderEliminarEsposo de narradora galardonada
Soy vegetariana. No me gustan las perdices asadas.
ResponderEliminarLectora de prosa y poesía
Coincido con el comentario que dice que hay más de un novelista o poeta, no sólo uno por temporada, como diría un anuncio de oportunidades. Pero aquí hay que tener en cuenta todo el tinglado de intereses de los agentes y editores. Y unos son más astutos que otros, o cuidan mejor su producto, al autor y sus productos (no hablamos de poetas, aunque en el caso de Gimferrer también saben vender muy bien sus productos). Una cuestión de saber promocionar, exponer y vender. Somos un mero producto expuesto en un escaparate de la sociedad del espectáculo (no digo de consumo, que viene después). La calidad literaria es otra cosa, que madurará con el tiempo en bodegas secretas.
ResponderEliminarUn situacionista
Siempre se trata de saber vender y comprar. No es suficiente con sembrar y cosechar, me decía mi padre, agricultor que acabó en el paro a pesar de sus teorías.
ResponderEliminarVender, comprar y vender, la santísima trinidad. Lo demás, las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer o los poemas de César Vallejo, o algún narrador vanguardista, pobres de solemnidad.
Filla de camperols
¡Tanto aspaviento y magnitudes sobre Quim Monzó! Pero, perdonen la ignorancia, ¿quién es?
ResponderEliminarUn escritor mordaz, todavia joven y muy, muy famoso entre dedterminadas personas de determinada manera de pensar en determinado pequeño pais.
ResponderEliminarEsta muy bien lo de Quim Monzó, una exposición muy bien montada, como si de un teatro se tratara, con cortinajes incluidos. Lo malo es que no nos acordemos más a menudo de nuestros autores. Quiero decir que hay otros autores también, aparte de Monzó, el cual por cierto se ha ganado la fama a pulso, trabajando, escribiendo a destajo buenos relatos.
ResponderEliminarUn fan
En poques paraules, el Monzó es un treballador de les paraules, i a més sap trobar sempre l'altra cara de la realitat i dir-la. Cal més?
ResponderEliminarUn que no és del club
Hay que leer sus cuentos. Otros preferirán sus columnas en prensa,o sus comentarios divertidos en la radio. Yo prefiero sus cuentos, tragicómicos, con sentido del humor del absurdo. Como la vida misma. Ah, muy bueno el montaje de la exposición, toda la escenografía.
ResponderEliminarLector del Maresme
Es un buen narrador de cuentos. Tiene algunos magníficos. Quizá le sobra tanto espectáculo a su alrededor, y demasiados "fans" esperan de él siempre una nueva performance fotográfica, ambigua, o una acción circense en plena calle, detectivesca (?), o una payasada radiofónica (que será divertida). ¿Tributo a la fama, o un modo de ganarse la vida en este perro mundo?
ResponderEliminarEl becario
Nos da sus cuentos y los leemos. Lo demás es parafernalia. Cuando los políticos y los curas hacen espectáculo (todos los días y fiestas de guardar), cuando los pintores, artistas plásticos, actores, periodistas y demás montan sus espectáculos, no nos extrañamos, lo vemos como normal. Pero si lo hace un escritor, clamamos al cielo y al infierno, nos sobresaltamos, ¿por qué?
ResponderEliminarEl preguntón