domingo, 26 de octubre de 2025

LA DESVALIDA

 Foto: J.X.



                                                      I

Iba de una calle a otra,

volvía una y otra vez

a este o aquel bar,

extendiendo la herida

incurable

de su soledad.

Bebía un par de cervezas,

y ya se animaba,

y cantaba:

Sin amor,

sin deseo,

no te marchitas

como una flor,

ni eres

como el polvo de las alas

de una mariposa.

Sin amor,

sin deseo,

se te van muriendo

alma y cuerpo.


II

Pese a todo,

al alba,

nubes y pájaros siguen volando

por encima de casas, calles, bosques,

desiertos, ríos y mares.

En pueblos y ciudades,

continúan las canciones

de las desvalidas y desvalidos.

El refugio de la piel,

era piel de serpiente,

cuyo lengua venenosa

devora plegarias y canciones.

Sin embargo,

prosigue el canto, esperanzado,

en busca de otra piel,

acogedora y delicada.


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