Foto: J.X.
Trabajos para sobrevivir al amor y a la muerte.
¿Trabajos útiles, inútiles? Trabajos.
Trabajos sobre la vida y la muerte, trabajos, variaciones sobre el amor, el dolor y la muerte. La inocencia, la angustia, la culpa, la redención (si hay tiempo, si es posible). Trabajos.
Digas lo que digas, se trata de una mala jugada poética haber apostado por el amor demasiado tarde -después de tanto apostar por la rotura de lo desconocido-, tirando los dados sobre el tapete descolorido de la muerte, cuyos dominios no puede cambiar el azar ni con dados trucados, ni con un poema.
En un callejón sin salida, dos enamorados inician el ritual del corazón quemado. Figuras de humedad y musgo encendidas en las paredes de los dos lados y en el muro del fondo. Todo el callejón solitario desfigurado por el humo.
Habla una pregunta escrita en la pared:
En el gran vacío cósmico, ¿puede sobrevivir la substancia del amor en la ausencia, en la nostalgia, en el sueño de lo que pudo ser humanamente divino?
Habla una leyenda escrita en la pared:
Aun no creyendo en nada, hacía un elogio de la vida por haberla conocido a ella, a la novia muerta, que le dio una segunda vida, a él, el novio de la novia muerta.
Junto a un recodo del abismo, removiendo la ceniza de los dos corazones quemados, entre las malas hierbas, brota una flor, un montón de amarillo..., un montón de amarillo.
Acrobacias inesperadas del cuerpo sobre el alambre. Pero éste, el cuerpo, duda un instante, se estremece, tiembla y cae al vacío. Queda malherido, ensangrentada la arena de la pista del circo.
En el vacío del corazón, las malas hierbas nutren las raíces de una flor..., pétalos de sangre amorosa.
De la flor se desprende un lazo que se ata a la cintura del alma, que arrastra el peso..., todo el peso del cuerpo del acróbata, todo el peso atado a la cintura del alma.
Enlazado por la flor, el acróbata se incorpora..., una mitad del alma vestida de sangre amorosa..., y saluda al público haciendo una reverencia..., el pánico se apodera de los espectadores..., todos salen huyendo.
El lazo de la flor arrastra el peso del alma..., encabeza el arrastre un vestido de sangre amorosa.
Subiendo al bosque de los espíritus, dos escupitajos manchan el vestido de sangre amorosa.
Se oye un lamento: “¿Por qué me has abandonado?”
Las variedades espirituales, estas variedades descritas aquí, en el refugio de esta cueva o cabaret, pueden ser una muestra de amor escenificada ante los vivos, pero dedicada a ti, que paseas y atiendes las sombras del amor de otras novias muertas.
A lo lejos, pero cada vez más cercano, se oye un lamento:
“¿Por qué me has abandonado?”
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