Foto: J.X.
No tenía más palabras. Le faltaban las palabras. Tampoco tenía ya flores para la novia oculta, a quien buscaba en vano bajo los matorrales y entre las rocas de los acantilados donde acechan las gaviotas.
¿Dónde se esconde la novia muerta, bajo qué tierra, en qué mar el amor se desangra?
Moría de amor, no por desamor, sino por esa otra clase de abandono en que le sumía la novia oculta de los bosques, la novia muerta
Confusión y mar de fondo en su alma, cuando todo es oscuridad, rodeándole, acosándole, cuando todo es abandono.
Pero el amor, aunque desangrándose, resistirá a la culpa y a la muerte. Y volverá la sangre amorosa.
Unas flores caídas vuelven a florecer en el fondo del mar, entre naufragios.
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