Foto: J.X.
“No busquen más”, dijo. “Fui yo quien lo hizo. Quien mató aquel amor y su delicadeza”, confesaba públicamente, en medio de la calle.“Ya pueden apedrearme, lapídenme por favor con las piedras más afiladas que encuentren para descuartizar al desamor”, sentenciaba él mismo. Aguantaba a pie firme en mitad de la calle, se desabrochaba la camisa y mostraba una parte del torso desnudo, muy delgado, con el alma asomando entre las costillas, por el costado del corazón. Esperaba el ataque mortífero, justiciero, de las piedras.
La gente pasaba por su lado sin hacerle caso. Aunque algunos se paraban un instante meneando la cabeza, en señal de locura, otros, la mayoría, se alejaban deprisa con una sonrisa irónica.
El supuesto criminal, pues, se quedaba otra día más sin castigo público, por aquel delito de amor que él, confesaba, había cometido por falta de delicadeza.
Comentari de Lluís Nadal:
ResponderEliminarTot i que voldríem que el temps no passes i la memòria no oblides, no és així,
i perquè tot acaba i els records se'ns esborren, no hem d'anar pels carrers demanant el càstig que mereixeríem.
(La veritat és que no crec que siguem culpables de res ni mereixedors de cap càstig, però el penediment és tan bonic, que seria una llàstima no poder-lo gaudir.)
Comentario de "Una lectora corriente":
ResponderEliminarQué es un delito de amor? Es difícil saber cuando uno lo ha cometido. Muchas veces creemos haber cometido un delito cuando nuestro acto no ha sido más que recoger un deseo de alguien desesperado y ayudarle a llevarlo a cabo.
Laura Perez Vernetti
ResponderEliminarAmbrosio Gallego Durán
Alberto Gimeno
Julie Hermoso
Ariel Fridman
Efi Cubero
Jose Ferraz