Se compró un cuaderno escolar de 175 páginas, encuadernado en espiral y de tapas amarillas. Escribió miles de veces la frase: “Soy culpable de toda la vida. Perdóname. No me perdones. Perdóname. No me perdones”.
No escribió ninguna otra frase en este cuaderno. Ignoramos, por consiguiente, de qué se acusaba, de qué era culpable “de toda la vida”. Y también desconocemos a quién suplicaba; a quién pedía perdón y que no le perdonara.
Hay muchos misterios. Desde luego independentista catalán no era.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Buen texto breve.
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