viernes, 19 de junio de 2020

UN CUENTO DE AMOR DE LOS ESPÍRITUS


Foto: J.X,

Éste es un cuento de pocas palabras narrado por el espíritu que resbala con las flores:

Cuentan en el bosque que hubo una vez un niño que por resentimiento a la muerte, dolido por la herida que mató a una niña, se resintió de la muerte y la maldijo toda la vida. Por la niña, por la novia muerta, maldijo a la muerte y se resintió de la vida.
Muchos años después, murió de tristeza. Cuando la muerte fue a reclamar, satisfecha, a quien ya había vivido demasiado tiempo doliéndose, maldiciendo y pecando, no lo encontró donde debía estar.
No encontró al culpable por maldecirla, al hombre que había pecado por resentimiento. No encontró al hombre, sino a un niño muerto por amor.
Aquel hombre había muerto siendo un niño, un niño que se había negado a crecer, por amor, desde la muerte de aquella niña.
No existía, por lo tanto, un hombre pecador entre las manos de la muerte, sino un niño muerto de amor.
Cuentan que la muerte arrastra su propio resentimiento por el fracaso de los dos niños muertos. Que la muerte anda atada a una cadena enorme que va sangrando por todos los caminos de pueblos y bosques por donde pasa.

1 comentario:

  1. A mi amigo del alma. Viajan en tu alma el amor y la muerte en la misma medida. Y tengo la
    esperanza de que el espíritu que resbala por las flores, en algún momento de arrebatada lucidez
    haga girar la vida que nos queda hacia las aspas del amor sobresalido, para que allí donde
    sigue instalado pueda minimizar los paisajes de la muerte y hacer las ofrendas necesarias
    a la celebración de lo vivido. Para que no ocurra lo de aquel niño muero de amor.

    Y que si ese episodio llenó de resentimiento a la muerte por su propio fracaso, que la dejó
    atada a una enorme cadena que va sangrando por todos los camios de pueblos y bosques por donde pasa, es tiempo de que tu amor agigantado, resuelva las contradicciones y abrace con
    fuerza la viva vivida que no se extinguirá jamás mientras tu corazón le cante a la alegría.

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