Dibujo: Roland Topor
El
primero afirmaba que tenía toda la razón. El segundo decía que era
él quien tenía toda la razón. Un tercero que pasaba por allí les
dijo que tal vez la razón estuviera repartida entre ambos, o que
ninguno de los dos tuviera razón. Los dos primeros reaccionaron
mirándose mutuamente, se dijeron algo en voz baja, se dirigieron al
tercero que pasaba por allí y lo molieron a palos.
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