Poderes públicos: medidas urgentes contra la segregación escolar - Fundación Secretariado Gitano
Recordando
a unos niños gitanos, de Can Tunis, compañeros de colegio y de
juegos, en la Academia Torner y en la calle Aviñó, cuando el Barrio
Gótico, de Barcelona, aún no se llamaba así y nuestros padres
hablaban del Barrio de la Catedral.
En
clase, en esta Academia privada, siempre había un grupo de niños
gitanos, seguramente porque el director, Jaume Torner, que era
republicano y defensor de la enseñanza del esperanto, mantenía
buenas relaciones con el párraco de la Basílica de Nuestra Señora
de la Merced, patrona de Barcelona.
En
esta iglesia fue donde nos "confirmaron" mediante un
cachete e hicimos la primera comunión. Es también donde se casaron
la infanta Cristina y Urdangarín, lugar de peregrinación adonde
iban siempre los jugadores del Barça a agradecer los triunfos de su
equipo, que era y es, recordemos, más que un club, ("més que
un club"), y la gente gritaba "¡Barça, Barça, Barça",
ya que no se podía expresar de otro modo, con otro grito, la
indignación y la rebeldía en la época franquista. Como recordaban
muy bien nuestros vecinos del otro barrio, del Barrio Chino, los
escritores Manuel Vázquez Montalbán, Ana María y Terenci Moix,
J.M. Benet i Jornet, Maruja Torres y el economista Amadeu Petitbó,
entre otros, así como todos aquellos amigos y vecinos que debían
cruzar las Ramblas para venir a nuestro barrio, para jugar o beber
una cerveza (los niños, sin los padres presentes, pedíamos una
caña) en la Plaza Real, ¡y una de calamares a la romana, por favor!
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