ESTRATEGIAS POLÍTICO-TEATRALES

lavanguardia.com: Jordi Évole: El puto amo del Congreso

En el escenario del teatro político, algunos interpretan el papel del "mal educado", otros el del "educado, hijo de buena familia"; éstos representan al "agresivo chulesco, al pistolero buscado por la ley", y aquéllos representan al "sheriff justiciero" o al "vaquero caza-recompensas", como en las películas del Oeste.

Puro o, mejor, impuro teatro político. No olvidemos que son los gobiernos (es decir, un conjunto representativo de este o aquel partido político elegido para gobernar) quienes nos enfrentan y nos pueden llevar a la guerra, legalmente, sin nosotros poder decidirlo ni pedirlo, excepto algunos iluminados militantes partidarios del "viejo honor lavado con sangre". Una sangre derramada que casi nunca es la sangre de los que declaran las guerras, ni tampoco la de esos militantes selectos. iluminados que, disimulan, se escabullen a tiempo y salen corriendo, mientras los demás, los combatientes del llamado pueblo, caen muertos o heridos en guerras absurdas e inútiles.

Si no se entiende la esencia dramática, teatral, de la política, nos extraviamos en un escenario de fobias y luchas en las que, en último término, siempre tiene que salir la ciudadanía a dar el callo y la vida por conflictos creados por los propios poderes establecidos. Luego, al cabo de un tiempo, todos, enemigos y adversarios, es decir, la gente relevante que ha sobrevivido a la contienda, se encuentran, charlan y comen en abundancia en una cena de gala, durante la cual brindarán por la paz y el futuro de concordia de las naciones.

Los muertos, no podrán asistir, y los heridos anónimos tampoco serán invitados, comentan en el bar.

El Ronto (elpais.com)