COMO UNA OLLA DE GRILLOS...

Viñeta: El Roto (elpais.com)

Humor negro para constructores de vallas, barreras, fronteras y cárceles, como en los viejos tiempos, sin olvidar los manicomios políticos de ciertos países donde encerraban, torturaban y asesinaban a los disidentes, comenta alguien en el bar.

¿Acaso ya no lo hacen?, pregunta la sobrina de la peluquera.

¡Viva la muerte y arriba las cadenas!, canta el nuevo vecino del barrio.

¡Con un par, como en los mejores tiempos!, saludan la cuñada del dentista y la vecina taxista.

¿Y ahora el Papa Francisco nos habla otra vez del infierno y el diablo?, añade la nieta del anarquista pacifista.

Cada loco con su tema y cada uno con su bandera, lee en un papel la hermana del informático.

¿No estamos todos un poco locos, como el último novio de mi madre, cazador de moscas? pregunta la hija de la bibliotecaria.

¿Sólo un poco?, ¡qué optimista!, responde el periodista en paro.

¡Si no fuera por la poesía..., qué horror, con tanto mono suelto razonando!, replica el poeta romántico del barrio.

Querrá decir con tanto hombre suelto, ¡no maltratemos a los monos, que ellos no tienen la culpa de nuestra degeneración humana, cínica, violadora y criminal!, advierte la vidente del barrio, contundente.

La tierra, una olla de grillos, pero constitucional, indica el politólogo.

De este circo sólo quedarán las cenizas, apunta el humorista.

¡Oído, marchando, jarra de cerveza y olla de grillos, digo, de patatas bravas!, exclama la dueña del bar.

Flavita Banana
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