Viñetas: el Roto (elpais.com)
El
problema: ¿Qué es tejido de bandera y qué es trapo de cocina?, se
nos plantea en modistería, en los talleres de corte y confección,
cuando unos trapos, considerados de calidad superior, se recosen y se
imponen a los otros trapos, convirtiéndose en tejido de bandera.
Recosida, sí, pero bandera o tejido de bandera que se impone a los
trapos restantes, considerados de calidad inferior, explica la
modista del barrio.
En
consecuencia, los trapos de calidad inferior deberán seguir siendo
puros trapos de cocina, sin recoser, bajo el tejido de la bandera de
trapos recosidos, considerados de calidad superior, ¿no es así?,
pregunta la nieta del anarquista pacifista.
Tú
lo has dicho querida, responde la modista del barrio.
Explicado de este modo, se me ocurre que, de tiempo en tiempo, en los talleres de modistería debe de haber auténticas revoluciones de trapos, apunta la sobrina de la peluquera.
Claro,a veces tenemos jaleos de corte y confección en los talleres: trapos cansados y gastados de fregar cocinas pretenden recoserse y alcanzar la categoría de tejido de bandera, una bandera de trapos recosidos, responde la modista del barrio.
Explicado de este modo, se me ocurre que, de tiempo en tiempo, en los talleres de modistería debe de haber auténticas revoluciones de trapos, apunta la sobrina de la peluquera.
Claro,a veces tenemos jaleos de corte y confección en los talleres: trapos cansados y gastados de fregar cocinas pretenden recoserse y alcanzar la categoría de tejido de bandera, una bandera de trapos recosidos, responde la modista del barrio.
¿No
huele esto a metáfora subversiva?, pregunta la cuñada del dentista.
Sí,
esto huele mal, añade la vecina taxista.
No
se fíen, que algunos se las ingenian de mil maneras para marear la
perdiz, advierte el politólogo del barrio, sonriendo.
¡Es lo que hacen los novios de mi madre para intentar seducirme!, exclama la hija de la bibliotecaria, saltando del taburete del bar.
¡Es lo que hacen los novios de mi madre para intentar seducirme!, exclama la hija de la bibliotecaria, saltando del taburete del bar.
¡Oigan,
que el humorista soy yo y no me dejan hablar!, se queja el humorista.
"No
n'hi ha un pam de net", no hay ni un palmo de limpieza, sentencia
la vidente.
Dicho
en edición bilingüe, como algunas antologías de poesía, evoca el
poeta romántico del barrio.
Para
que se entienda mejor, indica el periodista en paro.
Hemos
pasado de la bandera y el trapo a la poesía, rara coincidencia, ¿no
será otra metáfora subversiva, como sugería mi querida cuñada del
dentista?, pregunta la hermana del informático.
Ya
lo decía mi abuelita y lo decía mi papá, los trapos son más
útiles para limpiar el polvo y la cocina del bar que las medallas y
las banderas, añade la dueña del bar.
Una lectora corriente: recuerdo aquellos cursos de modistería que estudiaron mi "tieta" y mi madre en una escuela del Sistema Martí.
ResponderEliminarClaudia S. Sierich Georgi: precioso.
Anna Babra: Me divierte leer estos diálogos que escribes.
ResponderEliminarMariarosa Compta
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