NI UN EURO...

Ni un euro en urnas, compren lo que sea, compren lo que quieran, un bocadillo, un pito o una pelota, pero ni un euro español en urnas para votar en este referéndum maldito, en esta cosa inspirada directamente por el diablo, por el infierno de los pecadores mal bautizados y mal matrimoniados, mal casados, partidarios del divorcio y el aborto de ideas unificadoras..., advierte la cuñada del dentista en el bar del barrio, subida a una silla, disfrazada de portavoz gubernamental.